El futbolista español Marc Cucurella, defensor del Chelsea, y su esposa, Claudia Rodríguez, han conmovido a propios y extraños con su relato sobre la crianza de su hijo Mateo, diagnosticado con Trastorno del Espectro Autista (TEA). En una entrevista llena de emoción, la pareja ha compartido la complejidad y el amor incondicional que rodea a su experiencia. Desde el momento del diagnóstico, Marc y Claudia han descrito un camino lleno de retos, pero también de inmenso amor y aprendizaje. Las dificultades de la escolarización de Mateo fueron un punto central de sus declaraciones. "Todos los días íbamos juntos a dejar a Mateo al colegio y volvíamos a casa llorando", confesó Claudia, añadiendo: "No encontramos mucha ayuda por parte de la escuela y tuvimos nuestros peores meses". La falta de apoyo inicial, según relata la pareja, marcó los primeros momentos de su viaje como padres de un niño con TEA. La pareja explicó cómo el diagnóstico llegó a través de la observación de conductas diferentes en Mateo en comparación con otros niños de su edad. Fue esta observación la que les llevó a buscar ayuda profesional, confirmando posteriormente el TEA. La descripción de las dificultades durante las vacaciones también ha sido particularmente emotiva, destacando la necesidad de una rutina y estructura constantes para Mateo. "Es difícil estar en otros lugares, con otros horarios, comiendo otra comida, con otros planes, sin escuela ni terapia. Es duro para él", explicaron. La entrevista no ha ocultado las dificultades emocionales y el aprendizaje constante que implica la crianza de un hijo con TEA. "Está bien, tu hijo es autista, pero los padres no están preparados para esto, así que necesitamos aprender mucho", afirmó Claudia, reflejando la necesidad de información, apoyo y recursos para familias que enfrentan situaciones similares. La experiencia de Cucurella y su familia sirve como un ejemplo de la realidad a la que se enfrentan muchas familias con niños autistas. El testimonio pone de manifiesto la importancia de una mayor comprensión y apoyo desde instituciones educativas y sociales, haciendo hincapié en la necesidad de una inclusión real y efectiva para niños con TEA. El relato de los Cucurella no sólo resalta la lucha diaria, sino que también destaca el profundo amor y la determinación de la pareja para afrontar los retos con valentía y resiliencia. Es una historia que inspira a otras familias, ofreciendo esperanza y un mensaje claro: el amor incondicional puede superar cualquier obstáculo. Esta experiencia personal también ha abierto una ventana a la necesidad de una mayor conciencia social sobre el autismo y la importancia de la inclusión educativa. La historia de Mateo se une a otras luchas, como la del arquero de Independiente, Rodrigo Rey, quien también tuvo que recurrir a la justicia para asegurar la educación inclusiva de su hijo con TEA. En resumen, el relato de Marc Cucurella y su esposa es una poderosa narrativa sobre las alegrías y los desafíos de criar a un hijo con autismo, resaltando la importancia del apoyo familiar, profesional y social en la búsqueda de una vida plena y feliz para todos los niños, independientemente de sus necesidades especiales.