Eduardo Feinmann y Pedro Rosemblat protagonizaron un tenso pero divertido intercambio en 'Gelatina' a raíz de un comentario sobre Lali Espósito y su posible incursión en la política. Descubre los detalles de esta inesperada conversación.
El periodista Eduardo Feinmann y el streamer Pedro Rosemblat, novio de Lali Espósito, se encontraron en una entrevista en el programa 'Industria Nacional' de 'Gelatina' que dio mucho que hablar. La charla, inicialmente cordial, tomó un giro inesperado cuando Feinmann sugirió que Rosemblat lo visitara en su programa de A24, incluso proponiendo que lo hiciera acompañado por su novia.
La respuesta de Rosemblat fue tajante: "Eso no creo. Mejor no, aparte tenés colegas que fueron muy irrespetuosos con mi mujer". Feinmann se defendió argumentando que no tenía nada que ver con esas actitudes, a lo que Rosemblat replicó preguntando por qué iría su pareja a hablar de política.
Fue entonces cuando Feinmann soltó la frase que encendió la mecha: "Porque creo que tu mujer es un animal político y creo que sería una candidata espectacular". La respuesta de Rosemblat fue contundente: "No, dejate de joder. ¿Cómo va a ser candidata? Ella tuiteó cuatro palabras: 'Qué peligroso, qué triste'. No que es un hijo de put... ni nada, y a partir de ahí le pusieron un mote que hay que preguntarle a ella si lo quiere".
Este intercambio generó un debate en redes sociales, con algunos usuarios apoyando la opinión de Feinmann y otros criticando la falta de respeto hacia Espósito. La discusión se centró en si la expresión de opinión de Lali en redes sociales la convertía automáticamente en una figura política, y si es justo o no someterla a ese tipo de análisis.
Posteriormente, Rosemblat realizó un descargo en sus redes sociales explicando que la invitación a Feinmann respondía a una decisión política de ampliar el espectro de diálogo y conectar con sectores de la población con ideas diferentes. Argumentó la necesidad de construir puentes y no permanecer aislados en una "minoría intensa".
La entrevista entre Feinmann y Rosemblat, lejos de ser un simple diálogo, se convirtió en un reflejo de las polarizaciones actuales y la complejidad de la participación de figuras públicas en el debate político. La inesperada mención de Lali Espósito como posible figura política añadió una capa adicional de intriga y debate a la conversación.