La investigación por lavado de activos de Carlos "Charly" Colombini, ex miembro de una banda narco de Rosario liderada por "Ojito" Caporale, desató un allanamiento en el Banco Galicia y expone una red de empresas fantasmas y movimientos financieros sospechosos.
El reciente allanamiento a una sucursal del Banco Galicia en Rosario, Argentina, ha sacudido al mundo del narcotráfico local y ha puesto bajo la lupa a Carlos "Charly" Colombini, un hombre condenado por tráfico de drogas en 2021. La investigación, llevada a cabo por los fiscales Matías Scilabra (Procunar) y Juan Argibay Molina (Procelac), se centra en una red de lavado de dinero que involucra a Colombini, su abogada y pareja, Damaris Xiomara Leguizamón, y a dos de sus hermanos.
El operativo, que incluyó el allanamiento de un estudio jurídico, una empresa constructora llamada CyL, y la caja de seguridad de Leguizamón en el Banco Galicia, arrojó resultados sorprendentes. Si bien no se hallaron drogas, la investigación patrimonial reveló un crecimiento exponencial e injustificado de la empresa CyL. De no tener facturación en 2019, la empresa pasó a facturar 297 millones de pesos en 2024, un incremento que los fiscales atribuyen a actividades ilícitas.
Colombini, quien fue liberado condicionalmente en diciembre de 2023 tras cumplir parte de su condena de seis años por narcotráfico, formó parte de la banda liderada por Ignacio "Ojito" Actis Caporale y el ex comisario Alejandro Druetta. Este último, jefe de Inteligencia Zona Sur de Drogas Peligrosas, era acusado de proteger las operaciones de la banda, generando un entramado de corrupción policial. La evidencia contra Colombini incluye escuchas telefónicas donde expresa su intención de huir a Italia si la presión judicial continuaba.
La investigación profundiza en la adquisición de bienes de alto valor por parte de Colombini y su familia: embarcaciones, propiedades y maquinaria agrícola, financiadas a través de préstamos bancarios y otras vías poco transparentes. La defensa de Colombini argumenta que los ingresos se deben a préstamos legítimos y la venta de una embarcación, pero los fiscales consideran estas explicaciones insuficientes.
La trama se extiende a la presunta participación de Colombini en otras operaciones narco. Un informe de la Policía Federal lo vinculaba a una cocina de cocaína en Alvear, a pocos kilómetros de Rosario. Su conexión con el narcotraficante boliviano Jorge Adalid Granier Ruiz, preso en Ezeiza, también se encuentra bajo investigación.
El juez federal Marcelo Bailaque imputó a Colombini, Leguizamón y los hermanos de Colombini por lavado de activos, pero decidió no privarlos de su libertad. Sin embargo, se les inhibió el manejo de sus cuentas bancarias y se les prohibió salir del país. La investigación continúa, con el análisis de la documentación incautada y la profundización en las conexiones financieras de la red.
Este caso resalta la compleja red de lavado de dinero y corrupción policial que opera en Rosario, evidenciando la necesidad de una mayor transparencia en las operaciones financieras y una mayor eficiencia en el combate al narcotráfico.