La ONU insta a Uruguay a asumir un papel más protagónico en los diálogos multilaterales. Analizamos las razones detrás del pedido, el contexto internacional y la respuesta del gobierno uruguayo.
Uruguay se encuentra en el foco de la atención internacional tras el llamado de la ONU para que asuma un rol más activo en la escena global. La vicesecretaria general adjunta de las Naciones Unidas, Amina J. Mohammed, visitó recientemente el país para reunirse con el presidente Yamandú Orsi y el canciller Mario Lubetkin, con el fin de impulsar una mayor participación uruguaya en los diálogos multilaterales.
La solicitud de la ONU no es casual. Uruguay, tradicionalmente reconocido por su política exterior pacífica y su compromiso con el multilateralismo, cuenta con una sólida trayectoria en la mediación de conflictos y el envío de tropas a misiones de paz. Sin embargo, la ONU considera que el país puede contribuir aún más en la resolución de problemas globales, aportando su experiencia y credibilidad a debates cruciales.
La visita de Mohammed se centró en varios puntos clave: la participación de Uruguay en misiones de paz (como la destacada labor de los cascos azules uruguayos en la República Democrática del Congo), el fortalecimiento de los sistemas educativos internacionales, la atención a la salud mental global, y la necesidad de una mayor implicación de los países americanos en la lucha contra el crimen organizado. El compromiso del gobierno uruguayo, reflejado en las declaraciones del canciller Lubetkin, apunta a una mayor cooperación con la ONU, aunque también se manifiestan preocupaciones respecto a la logística y la seguridad de las tropas desplegadas en misiones de alto riesgo, como en el Congo, donde se ha producido la lamentable pérdida de un soldado uruguayo.
La misión de paz en la República Democrática del Congo (RDC) se presenta como un ejemplo central de la cooperación entre Uruguay y la ONU. Si bien el país tiene una larga tradición de participación en misiones de paz, la compleja situación en el Congo, marcada por la violencia del M23 y la implicación de Ruanda, ha generado tensiones y retrasos en la rotación de las tropas uruguayas. El canciller Lubetkin ha expresado la preocupación del gobierno por la demora en el relevo y ha manifestado que se está presionando a la ONU para una resolución rápida y segura, incluyendo la petición de un juicio internacional para esclarecer la muerte del soldado caído en combate.
Más allá de la RDC, el llamado de la ONU abarca una visión más amplia del rol internacional de Uruguay. Se busca la participación del país en iniciativas relacionadas con el cambio climático (COP28 en Belém, Brasil), así como en la Asamblea General de la ONU en septiembre. La invitación a un mayor compromiso uruguayo se basa en la convicción de que el país puede desempeñar un rol fundamental en la construcción de un orden mundial más justo y sostenible.
En resumen, la solicitud de la ONU a Uruguay representa un reconocimiento a su trayectoria diplomática, pero también una invitación a elevar su nivel de compromiso en la arena internacional. El gobierno uruguayo ha respondido con una clara voluntad de colaboración, aunque también ha expresado las necesidades logísticas y de seguridad que requiere un mayor despliegue en misiones de paz y en diálogos multilaterales de envergadura.