Tras la muerte del Papa Francisco, la película "Cónclave" ha cobrado una nueva relevancia. Analizamos qué aciertos y errores presenta esta ficción sobre el complejo proceso de elección papal, comparándola con la realidad y las expectativas del próximo cónclave.
La reciente muerte del Papa Francisco ha vuelto a poner en el centro de atención la película "Cónclave", un thriller político que, estrenado antes del fallecimiento del sumo pontífice, ahora se percibe por algunos como una profecía, o al menos, una premonición de los posibles escenarios que se jugarán en el próximo cónclave. La obra dirigida por Edward Berger, basada en la novela de Robert Harris, ofrece una mirada fascinante, aunque no exenta de licencias, sobre el proceso de elección del nuevo Papa.
**Los aciertos de "Cónclave": Atmósfera y Protocolos**
La película se destaca por recrear con precisión la atmósfera y la estética del Vaticano durante un cónclave. Expertos como William Cavanaugh, profesor de estudios católicos en la Universidad DePaul, elogian la fidelidad en la ambientación y la puesta en escena, destacando la importancia que la película otorga a las conversaciones previas a la reunión formal de los cardenales. Aunque existen leves discrepancias en detalles como el tono del rojo de las vestimentas cardinalicias (más anaranjado en la realidad), el impacto visual y la ambientación son, en general, valorados positivamente.
En cuanto a los protocolos, la película acierta al representar la expectativa de un cónclave corto. Massimo Faggioli, profesor de Teología Histórica, argumenta que un cónclave prolongado sugeriría una Iglesia dividida, al borde del cisma, mientras que la historia reciente se caracteriza por conclaves relativamente breves. La representación del proceso de votación también es considerada precisa, aunque con una pequeña discrepancia: en la película se queman las papeletas tras cada voto individual, mientras que en la realidad, se queman al final de cada sesión de votación.
**Los errores de "Cónclave": Ficción vs. Realidad**
Sin embargo, "Cónclave" no se abstiene de licencias dramáticas que distorsionan la realidad. El mayor error, según expertos como el reverendo Thomas Reese, es la inclusión de un cardenal "in pectore" (nombrado en secreto) en el cónclave. En la ficción, la aparición de este personaje aporta un giro clave a la trama, pero en la realidad, un cardenal nombrado "in pectore" solo puede participar si el Papa ha anunciado públicamente su nombre antes del cónclave, lo cual no ocurre en la película.
Otras licencias creativas que se alejan de la realidad incluyen la violación del secreto de confesión por parte del decano del Colegio Cardenalicio (acción que implicaría una excomunión automática) y la representación de un cardenal pagando por votos, un hecho insólito en los tiempos modernos. La exageración de la politización interna del cónclave y la simplificación de las ideologías cardinales (dividiéndolos en simples bandos liberales y conservadores) también son criticadas por expertos como Kurt Martens, profesor de derecho canónico.
**La profecía (incompleta): Un reflejo de las tensiones**
Si bien "Cónclave" no predice con exactitud lo que sucederá en el próximo cónclave, sí captura de manera efectiva las tensiones subyacentes en la Iglesia Católica. La película refleja la incertidumbre sobre quién sucederá al Papa Francisco, las diferentes visiones teológicas y políticas dentro del colegio cardenalicio, y la complejidad del proceso de elección. La llegada de un cardenal de un país del tercer mundo, aunque tratada de manera dramáticamente ficticia, puede interpretarse como un reflejo de la creciente influencia de la Iglesia en regiones no europeas. La película, en su esencia, explora la naturaleza humana, el poder, la ambición y la fe, elementos que sin duda influirán en el próximo cónclave.
En resumen, "Cónclave" funciona como una fascinante introducción al mundo del cónclave, aunque los espectadores deben ser conscientes de que se trata de una ficción que, si bien capta la atmósfera y algunos aspectos del proceso, se permite numerosas licencias creativas que distorsionan algunos detalles clave. Su valor radica en su capacidad para generar debate y reflexión sobre las complejidades y desafíos que enfrenta la Iglesia Católica en la actualidad.