Análisis del rol de Javier Milei en el funeral del Papa Francisco, su ubicación privilegiada, su encuentro con Giorgia Meloni y las implicaciones políticas de su presencia en el Vaticano.
El fallecimiento del Papa Francisco conmovió al mundo, generando una concurrencia masiva de líderes mundiales a su funeral en el Vaticano. Entre ellos, se destacó la presencia del presidente argentino, Javier Milei, quien ocupó un lugar privilegiado en la ceremonia, sentado en primera fila junto a la primera ministra italiana, Giorgia Meloni. Esta ubicación, según el protocolo vaticano, se justifica por la doble nacionalidad significativa en la vida del Papa: argentina (su lugar de nacimiento) e italiana (sede de su pontificado).
La presencia de Milei no estuvo exenta de controversia. Si bien su asistencia al funeral fue ampliamente cubierta por los medios, se generó debate en torno a su ausencia inicial de la capilla ardiente, aclarada posteriormente por su equipo como resultado del horario de llegada del vuelo presidencial a Roma. Las redes sociales se hicieron eco de estas discrepancias, con críticas y defensas de la actitud del mandatario argentino.
Más allá del aspecto protocolario, la reunión posterior entre Milei y Meloni generó un gran interés. Ambos líderes mantuvieron un almuerzo de trabajo, cuyo temario, aunque no se ha divulgado oficialmente, se presume incluye temas de geopolítica internacional, dada la coincidencia ideológica entre ambos y la historia de encuentros previos entre ellos. Esta reunión subraya la importancia de la relación entre Argentina e Italia, pero también pone de manifiesto la creciente influencia de Milei en el escenario internacional.
La comitiva argentina que acompañó a Milei al Vaticano incluyó a figuras clave de su gobierno, como su hermana Karina Milei, el jefe de Gabinete Guillermo Francos, el vocero Manuel Adorni, y los ministros de Relaciones Exteriores, Capital Humano y Seguridad Nacional. La presencia de Patricia Bullrich, ministra de Seguridad, es especialmente relevante dado su perfil político y su posible papel en futuras estrategias gubernamentales.
El viaje a Roma también ofreció a Milei la oportunidad de recordar públicamente su encuentro con el Papa Francisco en 2024, donde le pidió disculpas por declaraciones anteriores. Este gesto, relatado en entrevistas radiales, busca humanizar la imagen del presidente y mitigar las críticas recibidas por sus posiciones ideológicas. La narrativa construída busca presentarlo como un estadista que, a pesar de sus diferencias con la Iglesia Católica, respeta la figura de Bergoglio y su legado.
En resumen, la participación de Javier Milei en el funeral del Papa Francisco fue un evento multifacético con implicaciones políticas y mediáticas. Su privilegiada ubicación, su encuentro con Giorgia Meloni y sus declaraciones públicas han alimentado el debate sobre su imagen pública, su inserción en la política internacional y la proyección de su gobierno.