El 1 de abril, mientras Huracán celebraba un triunfo histórico contra Corinthians por la Copa Sudamericana, Matías Tissera, uno de sus jugadores estrella, se encontraba detenido en Córdoba. Acusado de extorsión por un empresario al que, según la denuncia, amenazó para recuperar una inversión de 10.000 dólares en una casa prefabricada, Tissera enfrenta un calvario que se acerca a un mes de encierro en el penal de Bouwer, conocido como "el penal del infierno". La situación es compleja. Si bien la defensa de Tissera presentó ya tres pedidos de excarcelación, la Fiscalía aún no se ha pronunciado. Los argumentos de la defensa se centran en la falta de riesgo de fuga, respaldados por el contrato del jugador con Huracán, la escolarización de su hijo, y la posesión de bienes que podrían servir como garantía. Además, se solicita un cambio de carátula, de "extorsión" a "coacción", lo que podría resultar en una pena excarcelable. La familia de Tissera asegura que las versiones sobre el uso de armas son falsas y que no hubo lesiones. Critican la lentitud de la investigación, señalando que Tissera declaró recién después de 15 días y que su abogado aún no ha tenido acceso completo al expediente. Mientras tanto, el jugador se mantiene en una de las celdas de Bouwer. A pesar de las circunstancias, mantiene una rutina de ejercicios físicos, incluyendo partidos improvisados, para conservar la forma física y la fortaleza mental. Recibe visitas únicamente de su abogado, manteniendo contacto con su familia a través de llamadas telefónicas. El caso ha generado gran controversia. Por un lado, la acusación de extorsión es grave, y la justicia debe actuar con cautela. Por otro lado, la prolongada detención de Tissera, sin una resolución definitiva, genera inquietud sobre la proporcionalidad de la medida y el daño que esta causa a su vida personal y profesional. El futbolista, según su versión de los hechos, actuó en defensa de sus propios intereses ante una supuesta estafa. La próxima semana será crucial. La Fiscalía tiene plazo hasta el lunes para responder al último pedido de excarcelación. Si la respuesta es favorable, Tissera podría recuperar su libertad antes de cumplir un mes detenido. De lo contrario, continuará su lucha legal desde el penal de Bouwer, a la espera de una resolución que determine su futuro, tanto deportivo como personal.