En la última década, hemos sido testigos de desastres naturales devastadores en diferentes partes del mundo. Desde terremotos hasta incendios forestales, estos eventos han dejado a su paso una gran cantidad de daños materiales y pérdidas humanas. Frente a esta realidad, las organizaciones encargadas de prevenir y mitigar estos desastres tienen un rol fundamental en proteger a la población y minimizar los impactos negativos. Sin embargo, un preocupante informe revela que estas entidades no cuentan con planes de prevención adecuados que aseguren un tratamiento eficiente de una eventual emergencia. Esto pone en duda la capacidad de respuesta de estas organizaciones frente a futuros desastres. La falta de planes de prevención puede tener consecuencias graves. Por un lado, dificulta la anticipación y preparación de las autoridades y la población ante un posible desastre. Sin un plan claro de acción, es difícil tomar las medidas necesarias para proteger vidas y propiedades. Además, la ausencia de un marco de acción definido puede generar confusión y caos en situaciones críticas. En este sentido, es fundamental que las entidades encargadas de la prevención de desastres cuenten con planes de prevención sólidos y actualizados. Estos planes deben contemplar diferentes escenarios y tener en cuenta las particularidades de cada región. Además, es necesario que exista una coordinación efectiva entre las diferentes entidades involucradas, así como una comunicación clara y oportuna con la población. Es responsabilidad de las autoridades garantizar que estas entidades cuenten con los recursos necesarios para llevar a cabo su trabajo de manera efectiva. Esto implica no solo asignar un presupuesto suficiente, sino también capacitar al personal y proporcionar el equipamiento adecuado. En conclusión, la falta de planes de prevención en las entidades involucradas en la prevención de desastres es una situación preocupante que pone en riesgo la seguridad y el bienestar de la población. Es necesario que se tomen medidas urgentes para garantizar que estas organizaciones cuenten con los recursos y los planes necesarios para hacer frente a una eventual emergencia. La prevención de desastres debe ser una prioridad en la agenda política, y es responsabilidad de todos trabajar juntos para proteger a la población y reducir los impactos negativos de estos eventos.