El inicio del fin de semana de Pascua en Australia se vio marcado por una tragedia. Cinco personas perdieron la vida y dos más están desaparecidas después de que enormes olas azotaran la costa este del país. El incidente ha generado una alerta entre las autoridades y un llamado a la precaución para los turistas y residentes. El estado de Nueva Gales del Sur fue el más afectado, registrando tres muertes. Entre las víctimas se encuentran un pescador de 58 años y dos hombres más que murieron en incidentes separados cerca de Tathra. Los equipos de rescate están buscando a un hombre que fue arrastrado por el mar cerca de Sydney. En Victoria, una mujer murió y un hombre está desaparecido después de que su grupo fuera arrastrado al mar en San Remo. La Primera Ministra de Victoria, Jacinta Allan, describió la situación como un "terrible comienzo" para el fin de semana de Pascua y expresó sus condolencias a las familias de las víctimas. Las autoridades atribuyen las muertes a las olas peligrosas que azotaron las costas de ambos estados. Surf Life Saving Australia, a través de su director Adam Weir, ha instado a los turistas a visitar únicamente playas con vigilancia, señalando que 630 personas se ahogaron en playas no vigiladas en los últimos 10 años. "Estas zonas costeras pueden presentar peligros, algunos visibles y otros no, por lo que nuestro consejo es simple: Detente, Mira, Mantente Vivo", declaró Weir. La magnitud de esta tragedia ha conmocionado al país y ha puesto de relieve la importancia de la seguridad en el agua, especialmente durante las épocas de fuertes oleajes. Las autoridades continúan con la búsqueda de los desaparecidos mientras investigan las circunstancias de cada incidente. Se espera que las condiciones del mar mejoren en los próximos días, pero la advertencia de precaución permanece. Este suceso destaca la necesidad de una mayor concienciación sobre los peligros de las corrientes y el oleaje en las costas australianas. El consejo de las autoridades es claro: informarse sobre las condiciones del mar antes de entrar al agua y, si es posible, nadar solo en playas con salvavidas.