El Gran Premio de Arabia Saudita no fue amable con Jack Doohan. El piloto australiano de Alpine tuvo un fin de semana para olvidar, marcado por dos errores cruciales que pusieron en tela de juicio su futuro en la Fórmula 1. Primero, durante la tercera sesión de prácticas libres (FP3), Doohan infringió el reglamento al cruzar la línea blanca que separa la entrada a boxes de la pista en dos ocasiones. A pesar de una advertencia inicial, el piloto repitió la infracción, lo que le valió una reprimenda oficial de los comisarios de la FIA. Doohan reconoció su error, calificándolo de "bastante vergonzoso", y atribuyéndolo a una excesiva concentración. Pero los problemas de Doohan no terminaron ahí. En la clasificación, volvió a cometer un error al exceder los límites de la pista, lo que resultó en la anulación de su mejor vuelta y una posición final decepcionante, decimoséptima, muy por detrás de su compañero de equipo, Pierre Gasly, que logró la novena posición. Este bajo rendimiento, sumado a la reprimenda, ha generado una ola de especulaciones en torno a su futuro en Alpine. La escudería emitió un comunicado con un tono mesurado, destacando la necesidad de mirar hacia adelante, aunque el silencio sobre el rendimiento de Doohan contrastó con el optimismo expresado sobre las posibilidades de mejorar el tiempo de Gasly. La situación de Doohan se complica aún más por la presencia de Franco Colapinto, el piloto argentino de reserva de Alpine. El buen desempeño de Colapinto en las categorías inferiores lo coloca como una alternativa viable para reemplazar a Doohan si este no mejora su rendimiento. La presión es evidente, y la comparación entre ambos pilotos se ha intensificado con cada carrera. Mientras Doohan lucha por encontrar su lugar en la F1, la amenaza de Colapinto se cierne sobre su futuro. Las próximas carreras serán cruciales para el australiano, quien deberá demostrar una mejora significativa para mantener su asiento en el equipo.