Violencia antes del clásico San Martín de Burzaco - Brown de Adrogué: Un enfrentamiento que empaña la historia

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El clásico entre San Martín de Burzaco y Brown de Adrogué, después de 28 años, estuvo marcado por la violencia. Bombas molotov, disparos y cuatro heridos empañaron la previa del partido. Un análisis profundo del incidente y sus implicancias.

El fútbol argentino, una vez más, se vio manchado por la violencia. El clásico entre San Martín de Burzaco y Brown de Adrogué, un encuentro que no se disputaba desde hacía 28 años, estuvo a punto de no jugarse debido a los graves incidentes ocurridos en la previa. El enfrentamiento entre las barras bravas de ambos clubes dejó un saldo de cuatro heridos y una atmósfera de tensión que opacó por completo la expectativa por el partido. La violencia comenzó el viernes por la noche, cuando la barra de Brown de Adrogué atacó el estadio de San Martín de Burzaco con bombas molotov, intentando incendiar el escudo del club. Si bien la policía llegó a tiempo para evitar un daño mayor, los agresores lograron escapar sin ser detenidos. Este ataque desencadenó una respuesta inmediata por parte de la barra de San Martín. El sábado al mediodía, la barra de San Martín, en represalia, emboscó a la barra de Brown en los alrededores del estadio Lorenzo Arandilla. El enfrentamiento fue brutal: palos, manoplas y, lo más preocupante, armas de fuego. De acuerdo a testigos, un miembro de la barra de San Martín efectuó dos disparos al aire y uno al piso, amenazando con disparar contra la barra de Brown si seguían el ataque. Este acto de violencia extrema provocó una huida generalizada, con varios buscando refugio en el mismo club, mientras los agresores escapaban sin ser detenidos. La situación llegó a un punto crítico, llevando a la dirigencia de Brown a considerar la suspensión del partido. Sin embargo, después de consultas con la AFA y la televisión, se decidió finalmente que el partido se jugaría, pero con un operativo de seguridad reforzado. A pesar de las garantías brindadas por las autoridades, la tensión reinaba en el ambiente. El partido se disputó finalmente, pero la amenaza latente de violencia opacó el evento deportivo. La historia de esta rivalidad está llena de matices. En sus inicios, ambas hinchadas mantenían una relación amistosa, con San Martín incluso utilizando el estadio de Brown como local en sus primeros años en la AFA. Sin embargo, la ruptura se produjo en la década de 1980, intensificándose con los enfrentamientos en partidos clave como la final por el ascenso a la Primera C en 1987. Desde entonces, la violencia se convirtió en un triste sello de este clásico. Este incidente pone en evidencia la persistencia del problema de la violencia en el fútbol argentino. La falta de detenidos en ambos ataques demuestra la ineficiencia de las medidas de seguridad y la necesidad de una respuesta contundente por parte de las autoridades para erradicar este flagelo que daña la imagen del deporte y pone en riesgo la integridad física de los espectadores. El encuentro entre San Martín de Burzaco y Brown de Adrogué, un partido que debería haber sido una fiesta para los hinchas, se convirtió en un triste recordatorio de la constante amenaza que representa la violencia en el fútbol argentino. Es fundamental que se tomen medidas urgentes y efectivas para garantizar la seguridad en los estadios y erradicar la presencia de los violentos del fútbol.
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