El Arzobispo de Buenos Aires reclama por la situación de los jubilados y llama al diálogo

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Monseñor Jorge García Cuerva vuelve a alzar su voz por los jubilados argentinos, denunciando la situación crítica que atraviesan y haciendo un llamado a la sociedad a evitar la violencia verbal y fomentar el diálogo.

El Arzobispo de Buenos Aires, Jorge García Cuerva, ha vuelto a expresar su profunda preocupación por la precaria situación de los jubilados en Argentina. En reiteradas ocasiones, ha manifestado su compromiso con los más vulnerables, y esta vez lo ha hecho con un llamado a la acción, no solo a las autoridades, sino también a la sociedad en su conjunto. Su reclamo se basa en la necesidad de una jubilación digna, calificando la situación actual como una "deuda social y moral" de larga data. García Cuerva ha destacado que muchos jubilados no pueden siquiera costear sus medicamentos, a pesar de haber contribuido durante años con su trabajo al sistema. Esta realidad, según el arzobispo, no es nueva, sino un problema crónico que requiere una solución urgente y sostenida en el tiempo. La preocupación del arzobispo se hizo visible durante la misa del Jueves Santo, donde realizó el tradicional lavado de pies a doce jubilados, un acto simbólico que buscaba llamar la atención sobre la fragilidad de este sector de la población. Esta iniciativa, impulsada por los curas villeros y sacerdotes de barrios populares, representa un compromiso concreto con aquellos que se encuentran en situación de vulnerabilidad. Más allá del reclamo económico, García Cuerva enfatizó la importancia del diálogo y la necesidad de evitar la confrontación. Citando al Papa Francisco, instó a fomentar la "cultura del encuentro" y a superar la "grieta", a la que se refirió como una "herida" que necesita cicatrizar. En este contexto, hizo un llamado a evitar la agresión verbal, considerando que esta puede escalar a la violencia física, una problemática que aqueja a la sociedad argentina en su conjunto. Para contribuir a la búsqueda de soluciones, el arzobispo propuso cuatro acciones concretas: contemplar (mirarnos a los ojos y reconocer nuestras propias dificultades), abrazar (tratarnos bien y evitar la descalificación), vaciar (aliviar las cargas que nos pesan) y esperar (manteniendo la esperanza en un futuro mejor). Señaló que el compromiso debe ser colectivo y que cada individuo debe aportar lo mejor de sí mismo para construir una Argentina más justa e igualitaria. Finalmente, el arzobispo se refirió al estado de salud del Papa Francisco, expresando su esperanza en su pronta recuperación, pero reconociendo la complejidad de su situación y la dificultad que representaría para él realizar viajes largos. Este comentario sirve como una analogía a la situación del país: la necesidad de cuidado y la esperanza de una pronta mejoría. El mensaje del Arzobispo García Cuerva no solo resuena en el ámbito religioso, sino que también constituye un llamado a la reflexión para la sociedad y la clase política argentina, instando a la acción y a la búsqueda de soluciones concertadas para mejorar la calidad de vida de los jubilados y promover la paz social.
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