Este viernes, el Estadio Juan Carmelo Zerillo será testigo de un encuentro especial: el regreso de Ignacio "Nacho" Fernández a La Plata. El mediocampista, surgido de Gimnasia y actual jugador de River Plate, volverá al Bosque, generando una mezcla de expectativa y controversia entre los hinchas triperos. Para algunos, será una fiesta. Para otros, un encuentro agridulce. Nacho, en su paso anterior por Gimnasia, despertó un gran afecto en la afición. Sin embargo, su posterior fichaje por River y algunas declaraciones, no fueron bien recibidas por todos. Se anticipa, por lo tanto, un recibimiento mixto, con una posible frialdad por parte de algunos sectores de la hinchada que aún no le perdonan su decisión de no regresar al club de sus inicios. La realidad deportiva es otra. A sus 35 años, Fernández se encuentra en una lucha por recuperar su lugar en el equipo de Marcelo Gallardo en River. Con escasos minutos de juego en la temporada, su participación ante Gimnasia se presenta como una oportunidad clave para sumar minutos y demostrar su valía. Su promisorio ingreso contra Talleres, en donde mostró su visión de juego, ofrece una luz de esperanza para él y para el entrenador. El partido ante Gimnasia, sin embargo, cobra un significado especial. ¿Será más importante que el Superclásico? Para Nacho, seguramente sí. Su historia con el Lobo es profunda, aunque compleja en su última fase. Este encuentro representa una especie de prueba, no solo en lo futbolístico, sino también en lo emocional. Junto a Nacho, otro ex Gimnasia, Milton Casco, también estará presente. A diferencia de Fernández, Casco mantiene un perfil bajo y un vínculo más afectuoso con la afición, debido a que su hijo juega en las inferiores del Lobo. Aunque su futuro es incierto, Casco mantiene un contrato con River hasta fin de año, momento en el que podría evaluar otras opciones, incluyendo un posible regreso a Gimnasia. El futuro de Nacho Fernández sigue siendo un enigma. Hasta diciembre, su prioridad es River. Más allá de eso, las circunstancias, su rendimiento y la apertura de ambos clubes definirán si se produce un regreso definitivo al equipo de sus inicios. Lo que es seguro es que este partido en el Bosque será un momento cargado de emociones, un capítulo más de su historia de amor y, quizás, desamor, con el club que lo vio nacer.