El mercado argentino experimentó una jornada histórica con fuertes subas en acciones y bonos tras el anuncio del fin del cepo cambiario. Analizamos el impacto de esta medida y las perspectivas futuras para la economía.
El 15 de abril de 2025 marcó un hito en la historia económica argentina. Acciones y bonos experimentaron un repunte espectacular, impulsados por el esperado anuncio gubernamental que puso fin al cepo cambiario. Si bien Wall Street también registró alzas, el movimiento en los activos locales superó ampliamente las tendencias globales, demostrando una dinámica propia impulsada por la confianza renovada en el mercado.
El índice Merval subió más del 5%, pero medido en dólares, el incremento fue cercano al 15%, recuperando terreno tras haber caído por debajo de los 1700 dólares la semana anterior. El cierre del Merval, equivalente a 1920 dólares, refleja el optimismo generado por la flexibilización cambiaria, que permite a los inversores demandar dólares libremente. Este cambio se manifestó también en una caída significativa del dólar en relación a las cotizaciones financieras del viernes, pasando de $1350 a $1230 al cierre del día.
Las alzas en las acciones argentinas que cotizan en Nueva York fueron contundentes, con un particular impulso en las acciones bancarias. Supervielle, Macro y Galicia registraron subas de entre el 14% y el 18% en dólares. A pesar de estos fuertes repuntes, que se sumaron a las alzas del viernes, el balance anual para estas acciones sigue siendo negativo, con caídas que oscilan entre el 10% y el 16%. Las acciones del sector energético también registraron subas, aunque menores debido a la debilidad del precio del petróleo. YPF y Vista Energy, si bien subieron un 10% y 7% respectivamente, aún mantienen caídas anuales del 25% y 27%.
El mercado de bonos en dólares también experimentó un considerable aumento, con subas en torno al 10%, recuperando parte de las pérdidas sufridas en meses anteriores. La atención se centra en los títulos de mayor plazo, con mayor potencial de crecimiento a mediano plazo. La expectativa es que el riesgo país descienda a niveles inferiores a los 500 puntos básicos para fin de año, aunque ayer se ubicó cerca de los 900 puntos.
El acuerdo con el FMI juega un papel crucial en este escenario. El objetivo es recuperar el acceso a los mercados voluntarios de deuda en los primeros meses de 2026, utilizando los desembolsos del FMI como puente para refinanciar la deuda. Para los tenedores de bonos, los incentivos son varios: el cobro de cupones de vencimientos próximos (julio y enero de 2026) y la expectativa de alzas adicionales en las cotizaciones, estimadas en un 20% en los próximos meses. Esta expectativa se basa en la convicción de que el gobierno evitará un nuevo default.
El ingreso del desembolso del FMI a las reservas, sumado a otros pagos del organismo, el Banco Mundial y el BID, podría llevar las reservas a más de 40.000 millones de dólares. Esta mejora sustancial en las reservas da mayor certeza de pago a los bonistas. El FMI exige al gobierno la compra de dólares, con el objetivo de aumentar las reservas netas en 5.000 millones de dólares hasta junio, sin considerar los desembolsos propios del FMI.
Si bien la jornada del 15 de abril fue históricamente positiva, los analistas advierten sobre la necesidad de observar la evolución del dólar y la estabilidad económica en los próximos días y meses. La recuperación, aunque alentadora, requiere una mirada cautelosa y el seguimiento continuo de las variables macroeconómicas para determinar si se trata de un cambio de tendencia sostenible.