El pasado domingo, el Estadio Juan Carmelo Zerillo, conocido como "El Bosque", vibró con el clásico platense entre Gimnasia y Estudiantes. Entre los miles de espectadores, una figura llamó la atención: Ignacio Miramón, ex volante de Gimnasia y actualmente jugador de Boca Juniors. A pesar de su escasa participación en el equipo xeneize esta temporada, Miramón demostró su inquebrantable lealtad a sus raíces, asistiendo al encuentro para apoyar al club que lo formó como futbolista. La presencia de Miramón en el Bosque no fue un hecho aislado. En las últimas semanas, se le ha visto en otros eventos deportivos de Gimnasia. Asistió a un partido de la reserva contra Deportivo Riestra, y también estuvo presente en el partido de vóley femenino entre Gimnasia y Estudiantes en el Polideportivo Víctor Nethol. Estas acciones demuestran su compromiso con el club que lo catapultó al fútbol profesional. El contraste entre su limitada participación en Boca y su ferviente apoyo a Gimnasia es notable. Si bien jugó 12 minutos en el partido de Boca contra Belgrano en Córdoba el sábado, en lo que va del año ha tenido más suplencias que titularidades, acumulando apenas 85 minutos de juego. Esta situación no parece haber afectado su pasión por Gimnasia, un club al que considera su casa. Su llegada a Boca, tras un paso por el Lille de Francia, generó mucha expectativa entre los hinchas xeneizes. Sin embargo, no ha podido consolidarse como titular bajo la dirección de Fernando Gago. A pesar de las dificultades en su carrera con Boca, Miramón demuestra que su amor por Gimnasia persiste, un sentimiento que trasciende las estadísticas y la actualidad futbolística. La imagen de Miramón en el Bosque, rodeado de la pasión del clásico platense, se ha vuelto viral en redes sociales. Muchos lo han elogiado por su lealtad y su conexión con sus raíces, recordando su destacado paso por las inferiores de Gimnasia y su posterior debut en Primera División. Su presencia en el estadio es un ejemplo para otros futbolistas, mostrando que los valores y el amor por un club trascienden las ambiciones profesionales. El clásico terminó en empate, pero para Miramón, la victoria fue poder compartir la emoción del encuentro junto a los hinchas del club que siempre llevará en su corazón. Su historia es una muestra de que el fútbol va más allá de los resultados y los contratos, y que la lealtad a las raíces es un valor que perdura en el tiempo.