El estreno mundial de la sinfonía "Viva la Libertad", compuesta por Lalo Schifrin y Rod Schejtman, generó una ola de reacciones en Buenos Aires. Un análisis profundo de la obra, su contexto político y la recepción del público.
El pasado 11 de abril, el Auditorio Nacional del Palacio Libertad en Buenos Aires fue testigo del estreno mundial de "Viva la Libertad", una sinfonía compuesta por el legendario Lalo Schifrin y el menos conocido Rod Schejtman. El evento, que contó con la Orquesta Sinfónica Nacional bajo la batuta de Emmanuel Siffert, generó un debate que trasciende la mera apreciación musical, adentrándose en el terreno político y social argentino.
La expectativa era alta. Schifrin, el compositor responsable de las icónicas bandas sonoras de "Misión Imposible", "Harry el Sucio" y "Bullitt", entre otras, se asociaba con Schejtman, presentado como el "Ganador mundial de la Copa Mundial de Música Clásica" de Viena. El título mismo, "Viva la Libertad", evoca el eslogan del presidente argentino Javier Milei, añadiendo una capa de significancia política al evento. Si bien los compositores insisten en que la obra es un homenaje al espíritu argentino y su resiliencia, la coincidencia temporal y el propio título difícilmente pueden ignorarse.
El concierto comenzó con un recorrido por algunas de las obras más famosas de Schifrin, incluyendo el tema principal de "Misión Imposible", ejecutado como bis. Estas piezas, llenas de energía y reconocibles mundialmente, demostraron el talento innegable del maestro, contrastando con lo que vendría después. Luego se escuchó la obra de Schejtman, "La Magia di Vivere", descrita por algunos críticos como genérica y carente de la originalidad y profundidad emocional de Schifrin. Esta apreciación se confirmó con el estreno de la sinfonía "Viva la Libertad".
La sinfonía en sí, de 38 minutos de duración, se presenta como un trabajo conjunto, aunque la influencia de cada compositor es notablemente desigual. Se dice que la obra comienza con una melodía de ocho segundos compuesta por Schifrin, melodía que se repite a lo largo de la composición, pero esta breve contribución se ve opacada por el estilo predominantemente grandilocuente y literal de Schejtman. Críticos señalan una falta de imaginación rítmica y tímbrica, con una estructura poco definida y un abuso de recursos como el unísono y la percusión en las transiciones. La obra, en opinión de muchos, carece del swing y la originalidad característicos de la obra de Schifrin.
Sin embargo, el concierto fue un éxito en cuanto a asistencia y entusiasmo del público. La ovación final premió el evento, la nostalgia por un Schifrin legendario y la emoción del gesto. Pero la recepción crítica fue más matizada, con opiniones divididas sobre la calidad de la sinfonía y el equilibrio (o la falta de él) en la colaboración entre ambos compositores. El debate sobre la calidad musical, el peso de la influencia política y la verdadera autenticidad de la colaboración se convirtió en un tema central de la conversación posterior al concierto. ¿Una obra maestra o un producto de circunstancias? La respuesta, seguramente, dependerá de quien la escuche.
**Ficha Técnica:**
* **Título:** ¡Viva la Libertad!
* **Compositores:** Lalo Schifrin y Rod Schejtman
* **Orquesta:** Orquesta Sinfónica Nacional
* **Director:** Emmanuel Siffert
* **Lugar:** Palacio Libertad, Auditorio Nacional, Buenos Aires
* **Fecha:** 11 de abril de 2025