Análisis del nuevo régimen cambiario argentino anunciado para el lunes. El economista Diego Dequino explora los riesgos y beneficios de la nueva banda de flotación del dólar oficial, su impacto en la economía y la inflación, y las implicaciones para las elecciones de octubre.
El lunes entrará en vigor un nuevo régimen cambiario en Argentina, generando incertidumbre y debate. Este artículo analiza las implicaciones de este cambio, basado en la perspectiva del economista Diego Dequino, quien lo describe como una transición de un tipo de cambio fijo a una flotación sucia con bandas, similar al sistema implementado entre 2018 y 2019 durante la asistencia del FMI.
**¿Devaluación o Ajuste Estratégico?**
Dequino argumenta que, aunque no se trata de una devaluación técnica, el establecimiento de una banda entre $1.100 y $1.400 para el dólar oficial sugiere una expectativa de estabilización alrededor de $1.200. Esto representaría un deslizamiento del 10% respecto al valor actual. El éxito dependerá de la intervención del Banco Central y su capacidad para gestionar las reservas, un punto crucial dado que el BCRA ha vendido USD 2.500 millones en las últimas 16 jornadas.
**El Fin del Cepo y sus Riesgos**
El levantamiento del cepo cambiario, permitiendo la compra legal de dólares y la salida de dividendos al exterior, es una apuesta arriesgada. Si bien podría eliminar el mercado paralelo (“blue”), también existe el riesgo de una corrida cambiaria, similar a la de 2018. Dequino señala que las bandas actuales podrían ser demasiado ajustadas si se comparan con los dólares financieros, que cotizan a niveles superiores.
**Contexto Económico y Reservas**
La situación actual difiere de la de 2018 por la eliminación del déficit fiscal, lo que reduce la presión sobre la emisión de pesos. Sin embargo, persiste una demanda reprimida de divisas (giros de dividendos, deudas comerciales) que podría generar una dolarización masiva si el tipo de cambio se dispara. Los pasivos monetarios actuales superan ampliamente las reservas disponibles, según Dequino.
**Un Timoneo hacia Octubre?**
Dequino interpreta las medidas como una estrategia del gobierno para ganar tiempo hasta las elecciones de octubre. Ante la falta de herramientas monetarias para controlar la inflación (3.7% en marzo), el gobierno busca una corrección gradual, manteniendo un objetivo claro pero ajustando las fases de su plan con flexibilidad.
**Beneficios y Riesgos**
Entre los beneficios, se destaca una mayor preparación de la sociedad para enfrentar una crisis cambiaria, gracias a la disciplina fiscal y la experiencia previa. Sin embargo, el riesgo de una dolarización masiva y su impacto en quienes perciben ingresos en pesos es considerable. El reciente blanqueo de capitales, que excluyó a pequeños ahorristas, podría complicar la transición.
**Conclusión**
Dequino considera el nuevo régimen cambiario una jugada audaz e incierta. Su éxito depende de la resistencia de las bandas cambiarias y la gestión eficiente de las reservas por parte del Banco Central. De fallar, Argentina podría enfrentar una crisis que acelere la preferencia por el dólar, marcando un punto de inflexión para la moneda local.