Lionel Messi volvió a ser el héroe de Inter Miami con dos goles cruciales contra LAFC. Su celebración con sus hijos tras el gol del triunfo conmovió al mundo, mientras Antonela Roccuzzo observaba con orgullo y emoción. Descubre todos los detalles de este momento inolvidable.
El pasado 10 de abril de 2025, Lionel Messi escribió otro capítulo en su legendaria carrera. No solo lideró a su equipo, el Inter Miami, a una remontada épica contra el LAFC en las Cuartos de Final de la Concachampions, sino que también ofreció un momento conmovedor que resonó con millones de personas alrededor del mundo. Su triunfo por 3-2 (global) fue el resultado de una actuación brillante y dos goles suyos, pero el festejo con sus hijos tras el penal decisivo eclipsó incluso la importancia del resultado deportivo.
La tensión era palpable. Inter Miami llegaba al partido de vuelta con un 1-0 en contra tras el partido de ida en Los Ángeles. Para avanzar, necesitaban al menos tres goles. La tarea parecía titánica frente a un equipo como el LAFC, repleto de estrellas. Pero Messi, una vez más, se vistió de héroe.
Tras el gol del 3-1, una definición implacable desde el punto penal, la cámara se enfocó en el estallido de emoción de Messi. En lugar de dirigirse a celebrar con sus compañeros como de costumbre, La Pulga corrió hacia la tribuna donde se encontraban su esposa, Antonela Roccuzzo, y sus tres hijos: Thiago, Mateo y Ciro. Las imágenes en cámara lenta capturaron la ternura del momento: Messi chocando las manos con los niños, incluyendo a Benjamín Suárez, hijo de Luis Suárez, antes de abrazar a sus propios hijos con una intensidad palpable.
La reacción de Antonela fue tan significativa como la de Messi. Con una sonrisa tímida y las manos en su rostro, se la vio expresando una mezcla de orgullo, alegría y ternura que reflejaba el significado íntimo de este momento. Su posterior publicación en Instagram, una foto junto a Sofía Balbi (esposa de Suárez), con el texto “Qué noche”, resumió perfectamente el sentimiento compartido entre las familias.
Messi inmortalizó este momento en sus redes sociales, compartiendo una foto del abrazo con sus hijos dentro de un carrusel de once imágenes del partido. Esta imagen, la última del carrusel, se convirtió en un símbolo del equilibrio perfecto entre la excelencia deportiva y la dedicación paterna, una faceta poco vista de la superestrella argentina.
El partido en sí mismo fue un rollercoaster de emociones. LAFC anotó primero, sembrando dudas, pero Messi respondió con un golazo desde fuera del área, igualando el marcador tras la anulación de un gol anterior por una decisión polémica del VAR. El 2-1 llegó luego de un error del arquero, y a pesar de la anulación de otro gol de Suárez por fuera de juego, la presión del Inter Miami no decayó. Finalmente, el penal de Messi selló la clasificación.
Javier Mascherano, técnico de Inter Miami, destacó la importancia de Messi en el equipo, definiéndolo como “el alma de este equipo” y resaltando su perseverancia y dedicación incluso después de lograr todos los éxitos imaginables.
El triunfo del Inter Miami los coloca en las semifinales de la Concachampions, con la esperanza de alcanzar su primer título internacional. La remontada y la celebración familiar de Messi no solo fueron un espectáculo deportivo, sino también un testimonio del poder del amor familiar y la pasión inquebrantable por el juego.
La reacción global a este momento conmovedor fue abrumadora. Millones de fanáticos alrededor del mundo compartieron la imagen y el video del abrazo, convirtiéndolo en un símbolo de la ternura, el orgullo y el triunfo. El triunfo fue un reflejo no solo de la habilidad en el campo, sino también de la humanidad y calidez de la superestrella argentina.