La periodista Viviana Canosa reavivó una vieja disputa con Lizy Tagliani, acusándola de robo y traición. Un análisis profundo del conflicto, sus orígenes y las repercusiones mediáticas.
La disputa entre Viviana Canosa y Lizy Tagliani, dos figuras prominentes del mundo del espectáculo argentino, ha vuelto a ocupar los titulares. Un reciente descargo de Canosa, en el que acusó a Tagliani de robo y la tildó de "traidora", ha reavivado un conflicto que se remonta a más de una década. Pero, ¿cuál es el origen de esta enemistad que parece no tener fin?
El detonante más reciente fue una insinuación de Marcela Tauro sobre un supuesto coqueteo de Lizy Tagliani con su expareja. Este hecho, según Canosa, abrió la puerta para airear públicamente una serie de acusaciones mucho más graves. En un audio filtrado a Puro Show, Canosa afirmó haber sido víctima de robos por parte de Tagliani durante una época en la que compartían una cercana relación. Canosa describe haber ayudado a Tagliani con gestos de gran generosidad, incluyendo el préstamo de su auto y el acceso a su casa. Según su relato, esta confianza se vio traicionada por acciones que califica como "afanarme" (robar).
Las acusaciones no se limitan a lo material. Canosa también describe a Tagliani como una persona "traidora", un juicio de valor que refleja la magnitud del resentimiento. Para corroborar su versión de los hechos, Canosa ha invocado el testimonio de Lucas Bertero, quien supuestamente fue testigo de algunas de las situaciones descritas. Bertero asegura haber observado la generosidad de Canosa hacia Tagliani, quien habría recibido valiosos muebles y otros objetos. Él también refuerza la idea de que Tagliani esconde algo y que no puede responder con humor ante las acusaciones.
La narrativa de Canosa presenta un contraste claro entre su propia imagen de generosidad y la supuesta ingratitud de Tagliani. Sin embargo, el relato no está exento de contradicciones. Un incidente pasado, en el que se mencionó un supuesto robo de una cucharita de plata, fue desmentido por Canosa en esta ocasión, resaltando la variabilidad en las versiones que han circulado a lo largo de los años.
Por su parte, Lizy Tagliani ha mantenido un perfil más bajo ante las acusaciones, limitándose a agradecer públicamente a Canosa por las oportunidades profesionales que le brindó en sus inicios. Esta respuesta, más bien evasiva, no hace más que alimentar la controversia y dejar en el aire la verdadera naturaleza de la relación que existió entre ambas figuras.
El conflicto Canosa-Tagliani no es simplemente una pelea entre dos celebridades. Se trata de una disputa que revela las complejidades de las relaciones interpersonales, especialmente en el competitivo mundo del espectáculo. El tema deja abierta la reflexión sobre la fiabilidad de los testimonios, la gestión de la imagen pública, y la naturaleza misma de la fama y sus consecuencias.