La CGT declara la guerra a Milei: ¿El inicio de una lucha sindical sin respiro?

Comentarios · 3 Puntos de vista

Tras el paro general, la CGT intensifica su lucha contra el gobierno de Milei, amenazando con más paros y medidas de fuerza. Analizamos las razones detrás de la escalada de tensión y las posibles consecuencias para el país.

La tensión política en Argentina ha escalado a niveles preocupantes tras el paro general convocado por la CGT. Con un clima de “éxito rotundo” según la central obrera, la dirigencia sindical ha anunciado que no dará “respiro” al gobierno de Javier Milei y se prepara para una embestida con nuevas medidas de fuerza post 1 de Mayo. La declaración “A este Gobierno no hay que darle respiro”, pronunciada por Juan Carlos Schmid, líder de la CATT, resume la beligerante postura de la CGT.

El paro del 10 de Abril, si bien contó con un acatamiento dispar según diversas fuentes, generó un impacto significativo en el país. La ausencia de colectivos de la UTA, tradicionalmente uno de los pilares de las huelgas, fue destacada por los referentes cegetistas como un dato que no debilitó el paro. Rodolfo Daer (Sindicato de Alimentación) y Sergio Romero (UDA) aseguraron un alto acatamiento en sus sectores, mientras que en la CATT, con la excepción de la UTA, se celebró un “acatamiento masivo”. Sin embargo, algunas voces anónimas reconocen una adhesión irregular, similar a paros anteriores.

La decisión de intensificar la lucha no es casual. La CGT interpreta el acuerdo con el FMI como un anticipo de un ajuste económico que afectará directamente al bolsillo de los trabajadores. Héctor Daer, cotitular de la CGT, advierte sobre las consecuencias de un posible cambio de esquema cambiario, que podría derivar en una devaluación y un aumento de la pobreza. Esta visión pesimista de las consecuencias del acuerdo con el FMI es compartida por la mayoría de los dirigentes sindicales.

La estrategia de la CGT no se limita a los paros. La central obrera anticipa represalias gubernamentales, especialmente la aprobación de leyes que limiten el poder sindical y la intensificación de intervenciones a las obras sociales. Esto ha generado un clima de “aprestos bélicos” dentro de la CGT, fortaleciendo la postura de los sectores más duros. Los dirigentes dialoguistas, como Gerardo Martínez (UOCRA), Armando Cavalieri (Comercio) y Sergio Sasia (Unión Ferroviaria), quedan en minoría y su capacidad de influencia se ve reducida.

El martes próximo, el Consejo Directivo de la CGT debatirá la organización de la marcha del 1° de Mayo y, fundamentalmente, la estrategia a seguir tras esta fecha. Si bien se espera la presencia de los sectores dialoguistas para buscar una salida intermedia, la tendencia apunta a una escalada de la conflictividad. La presencia de Jorge Sola, posible candidato a reemplazar a Daer en el triunvirato de la CGT, agrega un elemento de incertidumbre a futuro. Sola, reconocido por su postura dialoguista, tendría ante sí el desafío de desarmar la confrontación en caso de resultar electo.

El enfrentamiento entre la CGT y el gobierno de Milei se presenta como un desafío crucial para la estabilidad del país. Las consecuencias de una prolongada lucha sindical, con sus consecuentes paros y medidas de fuerza, podrían tener un impacto devastador en la economía y la sociedad argentina. El futuro dependerá de la capacidad de negociación de ambas partes y la posibilidad de encontrar un punto de encuentro que permita aliviar las tensiones y construir un diálogo constructivo.

Comentarios