El regreso triunfal de Claudio García Satur: Una ovación que conmovió al país

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A sus 87 años, Claudio García Satur regresó a los escenarios con un unipersonal que desató una ola de emociones, ovaciones y lágrimas. Un evento que trascendió el teatro y se convirtió en un homenaje a la trayectoria de un ícono de la televisión argentina.

El pasado 9 de abril de 2025, el Multiteatro de Buenos Aires fue testigo de un momento inolvidable. Claudio García Satur, a sus 87 años, volvió a escena tras más de una década de ausencia, presentando su unipersonal "El Rolo y yo". La expectativa era alta, pero la realidad superó todas las previsiones. Desde el momento en que se abrió el telón, la ovación del público fue ensordecedora, una muestra palpable del cariño y respeto que aún despierta en el público argentino este ícono de la actuación. "El Rolo y yo" no fue una simple representación teatral; fue un viaje íntimo a través de la vida de Satur, donde compartió recuerdos de su infancia, sus inicios en el mundo del espectáculo, y por supuesto, su inolvidable papel como Rolando Rivas, el taxista que conquistó los corazones de miles con la serie homónima en los años 70. Su voz, grave y cálida, cautivó a la audiencia, transportándolos a otra época, a una Argentina donde la televisión era un ritual familiar, un espacio de unión y conversación nacional. Pero la función no solo se centró en la nostalgia. Satur habló con profunda admiración sobre Alberto Migré, el guionista que revolucionó la ficción argentina y fue fundamental en su carrera. Fue un homenaje conmovedor a la memoria de un gran maestro, un momento de silencio reverencial que demuestra el impacto duradero de su obra. La emoción se apoderó de Satur durante el espectáculo. Rompió en llanto, no un llanto artificial, sino uno auténtico, profundo, que nació del alma y conmovió a todos los presentes. En ese instante, Soledad Silveyra y Nora Cárpena, sus compañeras en "Rolando Rivas, taxista", subieron al escenario para abrazarlo, creando una escena de profunda conmoción y hermandad que sintetizó la gratitud de un público enteramente cautivado. La ovación final fue apoteósica, un rugido de aplausos interminables que trascendió el teatro y se extendió hasta las calles. Carlos Rottemberg, productor del evento, la describió como uno de los momentos más emocionantes en sus 50 años de carrera, enfatizando que el éxito de la función demostró el valor de la creación genuina y de la construcción narrativa atemporal, oponiéndose a la producción masiva y instantánea de las plataformas digitales. "El Rolo y yo" no fue solo un regreso al escenario para Claudio García Satur; fue un regreso al corazón de la Argentina. Un evento que recuperó la memoria colectiva, celebrando la trayectoria de un actor que supo marcar una época y que sigue presente en el corazón de varias generaciones. Su vulnerable entrega sobre el escenario demostró la humanidad detrás de "El Rolo", y la obra se convirtió en un diálogo generacional cargado de emoción y agradecimiento. Al finalizar, el público se quedó en silencio, como absorto en un sueño, antes de salir a la calle a comentar el emotivo evento. El regreso de Claudio García Satur fue un éxito rotundo, una experiencia que trascendió lo artístico para convertirse en un evento social que reflejó la profunda conexión entre un actor y su público, una prueba de que la magia del teatro y la televisión de autor sigue intacta, a pesar del paso del tiempo y la evolución de los medios.
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