El inesperado giro de Trump en su política arancelaria provocó un repunte histórico en Wall Street, pero los economistas advierten sobre la persistente incertidumbre.
El miércoles, los mercados bursátiles experimentaron un alza espectacular después de que el presidente Trump anunciara una suspensión de 90 días de sus aranceles "recíprocos". El S&P 500 registró un incremento del 9.5%, su mayor ganancia diaria desde octubre de 2008. Esta reacción eufórica de Wall Street refleja el alivio ante la decisión de Trump de no implementar la mayoría de sus planes arancelarios, que habían generado una fuerte caída en los mercados y amenazaban con desestabilizar el comercio global.
Si bien muchos países verán una reducción de sus aranceles, Trump aclaró que la medida no se extenderá a China, uno de los mayores socios comerciales de Estados Unidos. En su lugar, anunció un aumento de los aranceles sobre las exportaciones chinas al 125% tras una nueva ronda de represalias por parte de Beijing. Este cambio repentino, que contrasta con las declaraciones previas de Trump en redes sociales sobre la inmutabilidad de su política arancelaria, calmó temporalmente los temores de los economistas, que habían expresado su preocupación por una posible recesión autoimpuesta por Estados Unidos.
La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, afirmó que el arancel para la mayoría de los países se reducirá al 10%. La Casa Blanca intentó presentar la pausa como parte de una estrategia premeditada, pero incluso con el auge del S&P 500, el índice seguía un 11.2% por debajo de su máximo reciente en febrero. El cambio de rumbo se produjo en medio de una venta masiva de bonos del Tesoro estadounidense y tras días de fuertes pérdidas en los mercados financieros de todo el mundo. El propio Trump reconoció que su decisión respondió a la agitación del mercado, declarando que "hay que ser flexible".
La reacción de los mercados fue diversa. Mientras Wall Street celebraba, algunos economistas expresaron escepticismo, cuestionando la sostenibilidad del repunte y la incertidumbre que persiste, especialmente en relación con China. El aumento de los rendimientos de los bonos del Tesoro estadounidense a alrededor del 4.4% reflejó las preocupaciones sobre la inflación y las consecuencias de una guerra comercial. Los precios del petróleo también se vieron afectados, cayendo inicialmente y luego recuperándose tras el anuncio de la pausa arancelaria.
La decisión de Trump también provocó reacciones internacionales. La Unión Europea aprobó contra-aranceles contra Estados Unidos, aunque la implementación se aplazó. Canadá también expresó su postura, advirtiendo contra medidas de represalia. Mientras tanto, empresas estadounidenses que importan de China siguen preocupadas por la situación.
En resumen, aunque el mercado celebró la pausa arancelaria, la situación sigue siendo incierta. La decisión de Trump, aunque temporalmente tranquilizadora para algunos, no elimina la posibilidad de una mayor escalada de la guerra comercial y sus consecuencias económicas negativas a largo plazo. La volatilidad de los mercados refleja la falta de confianza en la consistencia de la política comercial estadounidense.