El caso de Levana Ballouz (anteriormente conocida como Mohamad Al Ballouz) ha generado un intenso debate público en Canadá. Condenada en diciembre de 2024 a cadena perpetua por los asesinatos premeditados de sus dos hijos, Eliam (5 años) y Zac (2 años), y por el asesinato en segundo grado de su pareja, Synthia Bussières, Ballouz se encuentra actualmente recluida en una prisión para hombres. Esta decisión ha provocado una ola de reacciones, especialmente considerando que Ballouz se identifica como mujer desde hace un año. Los hechos ocurrieron en la noche del 24 al 25 de septiembre de 2022 en Brossard. Ballouz, que en ese entonces se identificaba como hombre, infligió 23 puñaladas a Bussières antes de asfixiar a sus dos hijos. Posteriormente, intentó suicidarse ingiriendo líquido para lavaplatos e intentó incendiar el apartamento familiar. El Servicio Correccional de Canadá (SCC) confirmó que Ballouz permanece en una prisión masculina. Argumentan que cada solicitud de adaptación se evalúa caso por caso, considerando rigurosamente los riesgos y necesidades del individuo, incluyendo preocupaciones de salud y seguridad, y estrategias para mitigar riesgos. La falta de detalles específicos sobre la evaluación de Ballouz ha generado aún más críticas. La decisión del SCC contrasta con la política interna que permite a los reclusos ser encarcelados en establecimientos para hombres o mujeres según su preferencia de género, independientemente de su sexo asignado al nacer. Sin embargo, el SCC debe evaluar los riesgos potenciales. Si existen preocupaciones de salud o seguridad que no pueden ser mitigadas, la solicitud es rechazada. La controversia ha llegado al ámbito político. Pierre Poilievre, líder del Partido Conservador de Canadá, expresó su firme oposición a la posibilidad de que Ballouz estuviera recluida en una prisión para mujeres, incluso antes del comienzo de la campaña electoral. Mientras tanto, Ballouz ha apelado su veredicto, alegando errores legales y solicitando un nuevo juicio o la absolución. Esta apelación, presentada fuera de plazo, está pendiente de decisión por la Corte de Apelaciones. El caso de Levana Ballouz destaca la compleja interacción entre el sistema de justicia, las políticas penitenciarias, y la identidad de género. La decisión de mantenerla en una prisión masculina, a pesar de su autoidentificación femenina, suscita preguntas sobre la equidad, la seguridad y la adecuación de las políticas del SCC para individuos transgénero en el sistema carcelario. La transparencia en el proceso de evaluación de riesgos es crucial para abordar las preocupaciones del público y asegurar un tratamiento justo y humano para todas las personas privadas de libertad.