Una entrevista exclusiva con Alfredo Casero donde revela los dolores de su infancia, su reciente intervención quirúrgica, y el proceso creativo detrás de los icónicos personajes de Cha Cha Cha.
Alfredo Casero, en una entrevista exclusiva para LA NACION desde Capilla del Señor, comparte detalles íntimos de su vida, desde su infancia marcada por dificultades familiares hasta su reciente intervención quirúrgica que lo obligó a suspender funciones de "Celebrando Cha Cha Cha". Apoyado en un bastón, con una barba descuidada y el pelo ligeramente crecido, el actor refleja una calma que contrasta con la intensidad de su trayectoria. La entrevista, originalmente planeada en su casa, se traslada a un bar local debido a las fuertes lluvias que anegan el camino, una metáfora apropiada para la trayectoria personal del artista.
Casero habla abiertamente de la felicidad de volver a Cha Cha Cha, un programa que siempre ha estado presente en su ser, aunque reconoce haber sido "cancelado" durante 13 años, citando amenazas y un ataque a su propiedad. Desvela que su infancia en Avellaneda, marcada por problemas familiares, contrastó con la experiencia enriquecedora del colegio religioso de los Hermanos Maristas en Luján, donde encontró contención masculina y una visión del respeto hacia la mujer que le marcó profundamente. Su adolescencia, ambientada en el contexto de la dictadura militar, fue compleja, y destaca la figura de Arturo Puig, quien reconoció su talento y lo impulsó hacia la actuación.
La entrevista se adentra en la génesis de los personajes de Cha Cha Cha: los Cubrepileta, Peperino Pómoro, Herminia Squichingui De Souza, Juan Carlos Batman, entre otros. Casero describe el proceso creativo como una improvisación colectiva, una "jam" donde cada miembro del equipo aporta su talento, similar a una orquesta donde cada instrumento encuentra su momento. El humor absurdo de Cha Cha Cha, que se mantiene vigente, se basa en la ausencia de burlas o degradación, incluso en la interacción con los personajes femeninos. Su crítica al periodismo se centra en la falta de profesionalismo, destacando la importancia de la información veraz y la indignación ante quienes desinforman.
Casero también reflexiona sobre su vida personal y profesional, reconociendo la pobreza y las dificultades que enfrentó, el valor de su trabajo como mecánico, su amor por Argentina y la dificultad de comunicar sus ideas con claridad. Explica su agudeza verbal como algo inherente a su personalidad, no como una condición médica, y asegura que su salud se recupera favorablemente tras la operación de cadera. Habla de su familia, sus perros, y la importancia de la soledad, aunque añora el amor. Para Casero, la alegría del éxito en "Celebrando Cha Cha Cha" es una victoria personal, un triunfo ante la adversidad. La entrevista finaliza con la invitación a visitar su casa para ver su pasión por la mecánica, un reflejo de la perseverancia y la creatividad que definen al artista.