Marta Fort, la hija del icónico Ricardo Fort, ha conmovido a muchos al compartir públicamente, por primera vez, su batalla silenciosa contra la hemiparesia. En una emotiva entrevista, la joven de 21 años reveló cómo esta condición neurológica, presente desde su nacimiento, ha impactado su vida y la ha moldeado en la mujer fuerte y determinada que es hoy.
La hemiparesia, una afección que resulta de la falta de oxígeno en una parte del cerebro durante el nacimiento, afecta la motricidad y la movilidad de la mitad del cuerpo. En el caso de Marta, el lado derecho se ve afectado, limitando su capacidad de movimiento. Sin embargo, su relato no es una historia de limitaciones, sino de superación.
Marta describe con valentía y serenidad el constante trabajo de rehabilitación al que se ha sometido desde su infancia. Destaca el rol fundamental de su padre, Ricardo Fort, quien movilizó todos sus recursos para encontrar a los mejores especialistas, tanto en Argentina como en el extranjero, garantizando la mejor atención médica posible para su hija. “Mi papá se movió como un león”, afirma Marta, llena de gratitud por el apoyo incondicional que recibió.
La kinesiología ha sido una constante en su vida, un proceso largo y demandante, pero que, gracias a la temprana intervención y el compromiso inquebrantable de Marta y su familia, le permitió recuperar gran parte de su movilidad. “Es un trabajo constante, que no termina nunca”, admite, pero también enfatiza que el grado de recuperación depende de la gravedad de la afección y la prontitud del tratamiento.
La entrevista también desvela la importancia del apoyo familiar en su proceso de aceptación y adaptación. Marta recuerda con ternura cómo su familia convertía las visitas al Fleni y las sesiones de kinesiología en experiencias positivas, compensando el esfuerzo con gestos de cariño: un sándwich, una salida de compras… Detalles que marcaron la diferencia y la ayudaron a normalizar su condición.
Uno de los momentos más conmovedores de la entrevista es cuando Marta habla sobre el uso de una ortesis, una valva ortopédica que tuvo que utilizar desde los 4 hasta los 13 años, incluso en la escuela. Este período, que pudo haber sido fuente de vergüenza o aislamiento, se convirtió para ella en una lección de aceptación y autoconfianza: “Era eso o no ir al colegio. Así que decidí decir: ‘Tengo la bota, es parte de lo que soy’”.
Finalmente, Marta reflexiona sobre cómo la hemiparesia ha moldeado su carácter, forjándola en una persona resiliente, llena de fuerza interior y determinación. “Me ha tocado pasar situaciones que, quizás, si yo hubiese tenido una personalidad un poco menor, no las hubiese afrontado de la manera en que las afronté. Yo creo que, por mal o bien, eso me forjó bastante”, concluye.
La historia de Marta Fort es un testimonio inspirador de la capacidad humana para superar la adversidad. Es una historia de lucha, perseverancia, aceptación de sí misma y amor propio. Es una narrativa que va más allá de la condición neurológica; es un canto a la resiliencia y la fortaleza del espíritu humano.