La publicación de unas fotografías de la Princesa Leonor en bikini, tomadas durante una escala del buque escuela Juan Sebastián de Elcano en Montevideo, ha generado un intenso debate público en España. La Ministra de Igualdad, Ana Redondo, calificó la publicación como una "mirada machista hacia una mujer joven que tiene todo el derecho del mundo a tomar el sol". Sus declaraciones, recogidas por Infobae el 3 de abril de 2025, han puesto el foco en la doble moral que rodea a la figura pública de la Princesa y la manera en que se la juzga en comparación con otras mujeres jóvenes. Redondo argumenta que el problema no reside en la Princesa Leonor ni en su decisión de disfrutar del sol en bikini, sino en la intención de quienes publicaron las imágenes: "El problema es de quien mira a la princesa, de quien hace la imagen, de quien hace negocio y dinero con eso". Esta postura pone de manifiesto la instrumentalización de la imagen de la Princesa para fines comerciales, explotando su condición de figura pública para generar ganancias sin considerar su derecho a la intimidad. La cifra de 200.000 euros ofrecida inicialmente por las imágenes, según fuentes del sector, refuerza esta idea. La vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, también se pronunció al respecto, haciendo referencia a un "sesgo de género" en la publicación de las fotografías. Esta coincidencia de opiniones desde el ámbito político evidencia una preocupación generalizada por la forma en que se representa a las mujeres jóvenes en los medios de comunicación, y la necesidad de abordar este tipo de comportamientos como un problema social. Sin embargo, la discusión no se limita a la perspectiva política. Personalidades como Mario Vaquerizo, cantante de Las Nancys Rubias, han aportado sus comentarios, destacando la dificultad de la vida de la Princesa Leonor y la complejidad de la línea que separa la legalidad de la ilegalidad en el mundo del periodismo y los paparazzi. Vaquerizo defiende el derecho de la Princesa a la normalidad, considerando que las imágenes la muestran como "una chica normal, una adolescente que está trabajando, que se está formando, que se va con sus compañeros y se baña", lamentando la complejidad de su posición como futura reina de España. Este incidente resalta la tensión entre la vida privada y la vida pública, especialmente en el caso de figuras como la Princesa Leonor. Por un lado, existe el deseo de preservar su intimidad y protegerla de la intrusión mediática. Por otro lado, su condición de heredera al trono la convierte en una figura pública expuesta al escrutinio constante. La controversia generada invita a una reflexión sobre los límites de la libertad de prensa, la responsabilidad de los medios de comunicación, y la necesidad de un debate más profundo sobre el sexismo y la cosificación de las mujeres en la sociedad actual. El caso de la Princesa Leonor sirve como un ejemplo tangible de cómo las normas sociales y las expectativas que recaen sobre las mujeres jóvenes pueden ser opresivas y perjudiciales, incluso para aquellas con un alto perfil público.