La interna en Juntos por el Cambio ha llegado a un punto de ebullición, con Horacio Rodríguez Larreta y Mauricio Macri enfrentados en una batalla pública de acusaciones y contraacusaciones. El detonante fue la decisión de Larreta de competir en las elecciones legislativas porteñas por fuera del PRO, una movida interpretada por Macri como una acción funcional al kirchnerismo. Macri acusó a Larreta de ser funcional al kirchnerismo, resaltando su decisión de competir por fuera del PRO y recordándole su derrota en las internas presidenciales de 2023 contra Patricia Bullrich. Calificó la decisión de Larreta como una consecuencia de la frustración por haber perdido contra alguien a quien considera “inferior intelectualmente”. Larreta no se quedó callado y respondió con contundencia. En una entrevista radial, replicó los ataques de Macri recordándole su derrota contra Alberto Fernández en las elecciones presidenciales de 2019. Larreta se refirió a Fernández como “el peor presidente de la historia argentina”, utilizando el mismo tono confrontativo empleado por Macri. Más allá del intercambio de acusaciones personales, la disputa revela profundas grietas ideológicas y estratégicas dentro de Juntos por el Cambio. La decisión de Larreta de competir por fuera del PRO pone en evidencia la falta de unidad interna y la dificultad para construir una estrategia electoral común. Su candidatura podría restarle votos al PRO, especialmente en una elección que se anticipa muy reñida. El conflicto también afecta la imagen de Juntos por el Cambio ante el electorado. Las disputas internas transmiten una imagen de debilidad y desunión, mientras que el país enfrenta múltiples desafíos económicos y sociales. Este escenario beneficia a otros espacios políticos, como La Libertad Avanza, que se posicionan como una alternativa a la fragmentación de la oposición. La gestión de Jorge Macri en la Ciudad de Buenos Aires también se encuentra en el centro de la polémica. Larreta criticó duramente la gestión de su primo, señalando problemas de inseguridad y falta de limpieza. Jorge Macri, por su parte, ha respondido a las críticas, minimizando la importancia de las acusaciones y enfatizando en su gestión. El futuro de Juntos por el Cambio depende en gran medida de la capacidad de sus líderes para resolver estas diferencias internas. Si la división persiste, el espacio podría perder la oportunidad de competir efectivamente por el poder en las próximas elecciones. La tensión entre Larreta y Macri no es solo una disputa personal, sino un reflejo de una profunda crisis interna que amenaza la cohesión y el futuro político de una de las fuerzas más importantes de la oposición argentina.