La previa del partido entre Barcelona Sporting Club e Independiente del Valle por la Copa Libertadores estuvo cargada de tensión. Mucho más allá del enfrentamiento deportivo, la llegada del equipo visitante a Guayaquil se vio empañada por un recibimiento hostil por parte de algunos hinchas amarillos. El principal blanco de las críticas y los insultos no fue un jugador o el cuerpo técnico, sino el presidente de Independiente del Valle, Michel Deller. Desde el mismo instante en que el equipo llegó al aeropuerto, se desplegó una bandera con la frase "Pollo corrupto", un mensaje que se repitió con insistencia durante el arribo al Estadio Monumental Banco Pichincha. Varios aficionados se acercaron al bus que transportaba a la delegación de Independiente del Valle para increpar a Deller, quien rápidamente ingresó a las instalaciones del estadio para evitar mayores confrontaciones. La presencia policial contribuyó a evitar que la situación escalara a mayores, pero el clima de hostilidad quedó palpable. Este incidente refleja una profunda rivalidad entre ambos clubes, que se intensifica en los encuentros de alta envergadura como la Copa Libertadores. El historial entre Barcelona SC e Independiente del Valle, con enfrentamientos con resultados diversos, añade una capa extra de tensión a la rivalidad. Más allá de los hechos aislados de violencia verbal, el incidente plantea interrogantes sobre la seguridad de los equipos visitantes y la responsabilidad de los clubes en la creación de un ambiente deportivo más respetuoso. Si bien la mayoría de los hinchas mantienen una conducta ejemplar, estos episodios aislados empañan la imagen del fútbol ecuatoriano y generan preocupación sobre posibles incidentes futuros. El partido en sí, aparte de la importancia en la competencia continental, adquiere una dimensión simbólica tras este ambiente hostil. El resultado deportivo se vuelve secundario frente al reto de generar un ambiente de juego limpio y respeto entre clubes y aficionados, dejando atrás los episodios de tensión vividos en la previa. Se espera que las autoridades tomen medidas para garantizar la seguridad en los próximos encuentros y que los clubes promuevan una cultura de respeto entre sus aficionados. El encuentro entre Barcelona SC e Independiente del Valle promete ser un partido vibrante, con mucha intensidad y un alto nivel de juego. Sin embargo, la previa deja un sabor amargo, recordando la necesidad de un ambiente deportivo más respetuoso para que la pasión por el fútbol se manifieste de manera sana y sin generar violencia.