La gala de eliminación de Gran Hermano mantuvo a la audiencia al borde de sus asientos. Tras una semana llena de controversias, sanciones y nominaciones, la definición se redujo a un cara a cara entre dos participantes con fuertes personalidades: Santiago "Bati" Larrivey y Luz Tito. La tensión era palpable, la diferencia en votos, mínima. El proceso de eliminación fue complejo. Diez participantes quedaron inicialmente nominados: cinco fueron sancionados por Gran Hermano por violar las reglas al reaccionar a gritos del exterior, mientras que los otros cinco fueron nominados por sus compañeros. La gala se extendió a dos días, generando expectativa e incertidumbre. El domingo, cuatro participantes fueron salvados por el público, dejando seis en la cuerda floja. El lunes, Santiago del Moro fue revelando uno a uno a los participantes que seguían en carrera. Lourdes Ciccarone, Sandra Priore, Katia "La Tana" Fenocchio y Chiara Mancuso fueron las primeras en ser salvadas, dejando la decisión final en manos del público: Bati Larrivey vs. Luz Tito. Con una diferencia mínima, el 50.4% de los votos decidieron que Santiago "Bati" Larrivey abandonara la casa. La jujeña Luz Tito se mantuvo en el juego con un 49.6%, consolidando su posición en la competencia a pesar de los intentos de Catalina Gorostidi (quien reingresó a la casa con el Golden Ticket) de orquestar su eliminación. La emotiva despedida de Bati, visiblemente conmovido, dejó una huella en sus compañeros. Agradeció la experiencia y les deseó suerte a los restantes participantes. Previo a la decisión final, tanto Bati como Luz tuvieron la oportunidad de exponer sus razones para permanecer en el juego. Bati reconoció sus errores, mientras que Luz aseguró que quería seguir incomodando y generar conflicto en la casa. La gala también incluyó la interacción de los participantes con el "kiosco", eligiendo un mazo de cartas como premio sorpresa. En resumen, la ajustada eliminación de Bati Larrivey marca un punto crucial en la competencia de Gran Hermano, dejando en evidencia la volatilidad del juego y el poder del voto público. La tensión entre los participantes continúa y la competencia promete ser aún más impredecible en las semanas siguientes. El destino de los participantes que siguen en la casa se mantiene en suspenso, a la espera de nuevas nominaciones y sorpresas.