Tras 19 años, Justicia brasileña condena a tres argentinos por el crimen de Ariel Malvino

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Después de casi dos décadas, el sistema judicial brasileño emitió una sentencia contra Carlos Andrés Gallino Yanzi, Horacio Antonio Pozo y Eduardo Braun Billinghurst por el asesinato de Ariel Malvino en 2006. El caso, que conmovió a Argentina, finalmente encuentra un cierre con condenas por lesiones corporales seguidas de muerte.

El largo camino hacia la justicia culminó esta semana con la condena de tres ciudadanos argentinos por el asesinato de Ariel Malvino, un joven de 23 años, ocurrido el 19 de enero de 2006 en la playa de Ferrugem, Santa Catarina, Brasil. Carlos Andrés Gallino Yanzi, Horacio Antonio Pozo y Eduardo Braun Billinghurst, oriundos de Corrientes, fueron hallados culpables de lesiones corporales seguidas de muerte tras un juicio que se extendió por casi dos décadas. El Tribunal de Jurado del distrito de Garopaba dictó penas que totalizan 21 años de prisión en régimen semiabierto para los tres acusados. La sentencia pone fin a un proceso judicial marcado por demoras, apelaciones y la complejidad de lidiar con un caso que involucró a ciudadanos extranjeros, así como la pandemia de COVID-19, que interrumpió el ritmo de los procedimientos. El crimen de Malvino, estudiante de abogacía en Buenos Aires, ocurrió durante sus vacaciones en Brasil. Según la acusación, una pelea generalizada entre turistas argentinos derivó en la agresión a Malvino. Los condenados, según testimonios, participaron en la golpiza, con Gallino Yanzi y Pozo propinándole golpes y Braun Billinghurst lanzándole una piedra de 17,5 kilos en la cabeza mientras estaba en el suelo inconsciente. Un peritaje determinó que la causa de la muerte fue un traumatismo craneoencefálico. Tras el hecho, los tres acusados huyeron a Argentina. El proceso judicial se vio obstaculizado por las numerosas apelaciones de la defensa, las dificultades en la recolección de pruebas y la necesidad de coordinar con las autoridades argentinas. A pesar de las demoras, la persistencia de la familia Malvino y la labor de la justicia brasileña lograron, finalmente, una condena. La sentencia se produce tras años de espera y lucha por parte de la familia de la víctima. Alberto Malvino, padre de Ariel, expresó en varias ocasiones su esperanza de que se hiciera justicia, un anhelo que se concretó después de 19 años. La familia ha destacado la importancia del trabajo de la fiscalía y la colaboración de los testigos en la resolución del caso. La condena representa un cierre, aunque doloroso, para la familia y un recordatorio de la perseverancia necesaria para lograr justicia en casos complejos y prolongados. El caso también puso en el centro de la escena el tema de la responsabilidad de los ciudadanos argentinos en el exterior y las dificultades que pueden surgir en el proceso judicial cuando se involucran diferentes jurisdicciones.
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