La salida de Juliana Furia Scaglione de Gran Hermano ha generado un terremoto en el reality show. Su partida abrupta, anunciada el miércoles por la noche, dejó a la audiencia y a sus compañeros con la boca abierta. A través de sus historias de Instagram, Furia explicó sus motivos, no sin antes lanzar algunas críticas veladas (y otras no tan veladas) a sus excompañeros. En una serie de videos, Furia, con su estilo característico, se describe como "mágica, hermosa, valiente, poderosa e increíble". Agradece el apoyo de sus fans, reconociendo la dificultad que implicó su entrada al programa y el cariño que recibió. Menciona la "huella" que dejó, aludiendo a su impacto en el juego. Sin embargo, la verdadera controversia radica en sus declaraciones sobre el nivel de juego dentro de la casa. Furia asegura que observó "niveles muy bajos de juego" y "otros instrumentos", insinuando una falta de estrategia y de capacidad de juego por parte de los otros participantes. Afirma haber "leído la casa" y comprender las dinámicas que la llevaron a su decisión. Describe sus acciones como la creación de un "efecto", un movimiento estratégico que, según ella, empezará a tener consecuencias para los participantes restantes. Se refiere a esto como "el efecto Furia", dejando una enseñanza implícita en cuanto a la forma de jugar el reality. Sus críticas no se quedan solo en generalidades. Furia señala explícitamente que algunos participantes no saben "cómo moverse" dentro del juego y que les enseñó, por ejemplo, la importancia de no mencionar los nombres de los otros tan abiertamente. Sus declaraciones sugieren que hay una falta de astucia estratégica en la casa, algo que ella destaca como propia de su nivel de juego superior. La producción de Gran Hermano, por su parte, ya tiene un plan para reemplazarla. El popular 'Golden Ticket', mecanismo que permite el reingreso de ex participantes, vuelve a la escena. Se barajan dos posibilidades: el regreso de Rosina, segunda más votada en la instancia en que Furia reingresó, o una nueva votación popular para decidir el nuevo integrante de la casa. La partida de Furia genera diversas reacciones. Algunos la ven como una jugadora estratégica que busca un impacto a largo plazo, mientras que otros la critican por su egocentrismo y arrogancia. Lo que está claro es que su paso por la casa, aunque breve, ha dejado una huella imborrable en la presente edición de Gran Hermano, alimentando el drama y la polémica que caracterizan al reality.