La demolición del monumento al reconocido periodista e historiador Osvaldo Bayer, ubicado en el ingreso norte de Río Gallegos, ha desatado una intensa polémica en Argentina. El hecho, ocurrido un día después del 24 de marzo, Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia, ha sido interpretado por muchos como un acto de censura y un menosprecio a la figura de Bayer y su legado en la lucha por los derechos humanos.
El monumento, inaugurado en marzo de 2023, mostraba el rostro de Bayer junto a la frase: "Hay que esclarecer nuestro pasado para que nunca se repita". Su demolición, llevada a cabo por personal de Vialidad Nacional, ha generado indignación entre los sectores que recuerdan la incansable labor de Bayer en la investigación y denuncia de crímenes de lesa humanidad cometidos durante la dictadura militar argentina.
Según la versión oficial de Vialidad Nacional, la demolición se justifica por la falta de permisos para su construcción y por su ubicación inadecuada, que supuestamente obstruía el sector hidráulico. Sin embargo, esta explicación ha sido recibida con escepticismo por muchos, quienes cuestionan la celeridad con la que se procedió a su derribo, especialmente considerando la fecha en la que ocurrió.
Esteban Bayer, hijo del historiador, estuvo presente en el acto de homenaje realizado el 24 de marzo de 2023, donde se inauguró el monumento. En ese entonces, describió el homenaje como "un gran abrazo a Osvaldo, como también a los 1500 obreros fusilados, a los 30.000 desaparecidos y a los exiliados". La demolición, por lo tanto, no solo afecta al homenaje a Bayer, sino también a la memoria de todas las víctimas de la dictadura.
La controversia se centra en la falta de transparencia en el proceso de decisión y la falta de diálogo con la comunidad antes de proceder a la demolición. Muchos se preguntan si existían otras alternativas menos drásticas, como el traslado del monumento a una ubicación más adecuada. La celeridad con la que actuó Vialidad Nacional ha alimentado las sospechas de un intento deliberado de silenciar la memoria y el legado de Osvaldo Bayer.
La situación ha generado un debate público sobre la importancia de la memoria histórica, el respeto a las figuras que lucharon por la justicia y los derechos humanos, y la necesidad de transparencia en las acciones de las instituciones públicas. La demolición del monumento a Osvaldo Bayer se ha convertido en un símbolo de la lucha entre la memoria y el olvido, y sus consecuencias trascenderán el ámbito local, generando una amplia discusión a nivel nacional.
El debate continuará, y es crucial analizar con detenimiento los hechos, las versiones oficiales y las reacciones de la sociedad para comprender las verdaderas razones detrás de este controvertido acto. ¿Fue una simple cuestión vial o un intento velado de censurar la memoria histórica? La respuesta sigue siendo objeto de intenso debate.