El 24 de marzo de 2025, Argentina se vio sacudida por una inesperada decisión del presidente Javier Milei: la suspensión de la venta de Telefónica a Telecom, empresa perteneciente al Grupo Clarín. Esta medida, anunciada tras la publicación de un comunicado de la Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas (Adepa) que criticaba duramente los ataques de Milei a la prensa, ha desatado una intensa controversia y plantea interrogantes sobre la verdadera motivación detrás de la decisión presidencial. El comunicado de Adepa, publicado el miércoles anterior, expresaba su preocupación por la "pulsión del Presidente al agravio a periodistas y a voces críticas en general". Se denunciaba el uso del insulto y la imputación de delitos sin pruebas, señalando que esta conducta limita la libertad de expresión e incluso puede generar autocensura. Además, Adepa criticó la violencia verbal de las "milicias digitales", atribuyendo su accionar al hostigamiento discursivo proveniente de funcionarios gubernamentales. La reacción de Milei fue inmediata y contundente. Fuentes gubernamentales confirmaron que el presidente se sintió profundamente afectado por el comunicado de Adepa, considerando la crítica como una afrenta personal. Esta molestia, sumada a una columna del periodista Marcelo Bonelli que cuestionaba su gestión, parecen haber sido el detonante para la decisión de suspender la operación Telefónica-Telecom. La decisión gubernamental se justificó oficialmente en base a una recomendación de la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia. Según un comunicado de Presidencia, la fusión de Telefónica y Telecom generaría una concentración excesiva en el mercado de telecomunicaciones, alcanzando hasta el 80% en algunas zonas del país para el servicio de internet residencial. Se argumenta que esta situación vulneraría la libre competencia y perjudicaría a los consumidores. Sin embargo, la sincronía entre la crítica de Adepa y la suspensión de la venta ha generado especulaciones sobre una posible motivación política. Clarín, un poderoso grupo mediático con una histórica relación conflictiva con el gobierno, se vería directamente afectado por esta decisión. Algunos interpretan la medida como una represalia por las críticas de Adepa y Clarín a la gestión de Milei, mientras que otros sostienen que la preocupación por el monopolio es genuina. La respuesta de Telecom ha sido cautelosa, afirmando su voluntad de colaborar con los organismos competentes para garantizar un proceso transparente. La empresa espera la notificación formal para definir su postura y los pasos a seguir. Por su parte, el Grupo Clarín considera que es víctima de una "guerra unilateral" por parte del gobierno, dificultando la posibilidad de construir una relación constructiva. En este contexto, la suspensión de la venta de Telefónica a Clarín ha abierto un nuevo frente de conflicto entre el gobierno de Milei y los medios de comunicación, intensificando una batalla que ya se venía librando en los últimos meses. La decisión, justificada o no por motivos de competencia, tendrá importantes implicaciones políticas y económicas, con consecuencias aún impredecibles para el futuro del sector de las telecomunicaciones en Argentina y la relación entre el poder ejecutivo y la prensa.