La impactante historia de María Kovalchuk, una modelo ucraniana de 20 años, ha conmocionado al mundo. Desaparecida durante 10 días tras asistir a una fiesta en un lujoso hotel de Dubái, fue encontrada al borde de la muerte, tirada en una carretera con la columna vertebral y sus cuatro extremidades rotas. El caso ha generado una intensa investigación que explora posibles vínculos con la industria del modelaje y las llamadas "fiestas de jeques", eventos exclusivos con jóvenes pagadas por asistir, que en ocasiones derivan en situaciones de explotación y trata de personas. Kovalchuk, quien también es una activista contra la guerra en Ucrania, fue invitada a la fiesta por dos hombres que se presentaron como representantes de la industria del modelaje. Le informó a su madre, Anna, que se quedaría con ellos esa noche, siendo este su último contacto. Su vuelo a Tailandia, programado para el 11 de marzo, nunca fue abordado, lo que desató la alarma de sus familiares y amigos, quienes inmediatamente contactaron a las autoridades locales. Tras una búsqueda desesperada de diez días, Kovalchuk fue encontrada gravemente herida, sin documentos ni teléfono. Su estado es crítico; ha sido sometida a varias cirugías para salvarle la vida y, según informes, aún no puede hablar. La falta de información sobre su paradero durante esos días cruciales ha alimentado especulaciones sobre un posible secuestro o agresión. La investigación se centra en las circunstancias que rodearon su desaparición. Fuentes cercanas a Kovalchuk sugieren que pudo haber sido víctima de trata de personas o esclavitud sexual. Las "fiestas de jeques", eventos poco regulados en los que hombres ricos pagan a mujeres jóvenes por su presencia, son objeto de escrutinio. Si bien las autoridades de Dubái iniciaron una investigación, aún no se han emitido declaraciones oficiales detalladas sobre el caso. La amiga de Kovalchuk, la modelo rusa Angelina Doroshenkova, también fue invitada a la misma fiesta, pero decidió no asistir. Su decisión resultó providencial y ahora expresa su agradecimiento por el apoyo recibido durante la búsqueda. El caso ha generado una gran conmoción y una creciente demanda de justicia y transparencia en la investigación, con el objetivo de esclarecer los hechos y evitar que situaciones similares se repitan. La historia de María Kovalchuk sirve como una sombría advertencia sobre los peligros que enfrentan las mujeres jóvenes en la industria del modelaje, especialmente en entornos poco regulados y con falta de protección.