Una nueva marcha de jubilados, apoyada por piqueteros, movimientos sociales y sindicatos, está prevista para el miércoles en Argentina, generando una creciente tensión luego de los violentos incidentes de la semana pasada. El gobierno se prepara para un nuevo despliegue de seguridad.
La situación en Argentina se tensa a medida que se acerca una nueva marcha al Congreso, convocada para el miércoles 19 de marzo, en apoyo a los jubilados. La protesta, que contará con la participación de una amplia gama de grupos, incluyendo piqueteros, movimientos sociales y sindicatos, promete ser multitudinaria y genera gran preocupación tras los graves incidentes ocurridos el 12 de marzo.
La marcha anterior dejó un saldo de 16 personas hospitalizadas, incluyendo al reportero gráfico Pablo Grillo, quien lucha por su vida tras recibir un impacto de gas lacrimógeno en la cabeza. Se registraron destrozos y 114 detenciones, aunque posteriormente la jueza Karina Andrade ordenó la liberación de todos los arrestados, lo que generó una denuncia del Ministerio de Seguridad en su contra por presuntos delitos de prevaricato, incumplimiento de deberes y encubrimiento agravado.
Para la marcha del 19 de marzo, el Ministerio de Seguridad, a cargo de Patricia Bullrich, planea un fuerte despliegue de seguridad para evitar la repetición de la violencia. Sin embargo, hasta el momento no se ha decidido si se vallará la zona del Congreso, decisión que se debate debido a las posibles interrupciones del tráfico.
Entre las organizaciones participantes se encuentran el Polo Obrero, el Frente de Organizaciones en Lucha (FOL), la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP) –que incluye al Movimiento Evita, Barrios de Pie y el Frente Popular Darío Santillán–, y el Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE). Se espera también la presencia de Juan Grabois y Alejandro Gramajo, referentes importantes de estos movimientos. Además, se anticipa la participación de la Asociación Trabajadores del Estado (ATE) Capital, que no participó en la manifestación anterior pero anunció su adhesión tras denunciar la “represión salvaje”. Se espera también la concurrencia de ambas CTA y se teme la presencia de barras bravas, aunque ATE ha lanzado una campaña para que los manifestantes usen la camiseta celeste y blanca de la Selección Argentina, intentando evitar la identificación con clubes específicos.
La violencia de la marcha anterior ha generado fuertes críticas al gobierno y a la ministra Bullrich. Juan Grabois, referente del Frente Patria Grande, la acusó de “excitación casi libidinosa” por la violencia y recordó su pasado en Montoneros. Grabois, junto con otros referentes de los movimientos sociales, ha confirmado su presencia en la nueva marcha.
La UTEP, por su parte, ha anunciado su intención de acompañar el reclamo de los jubilados “todos los miércoles”, como parte de una estrategia que incluye la organización de un tercer paro general contra el gobierno de Javier Milei, y una marcha multisectorial contra el acuerdo con el FMI. Además, se planea un acto en reclamo de justicia para Pablo Grillo y pidiendo la renuncia de la ministra Bullrich.
La situación es extremadamente tensa y el gobierno de Javier Milei enfrenta un desafío significativo para contener la protesta y evitar nuevos enfrentamientos violentos. La repetición de los incidentes de la semana pasada podría tener consecuencias políticas importantes en un contexto de creciente polarización social.