El paro docente del 24 de febrero de 2025 en Argentina mostró una adhesión dispar según la provincia, reflejando las diferentes negociaciones salariales y el impacto político de las medidas de fuerza.
El inicio del ciclo lectivo 2025 en Argentina estuvo marcado por un paro docente nacional que, lejos de generar una respuesta homogénea, evidenció una profunda desigualdad en su impacto a lo largo del país. Mientras algunas provincias mostraron una adhesión mínima, otras experimentaron un alto acatamiento a la medida de fuerza, poniendo de manifiesto las complejas negociaciones salariales y la disparidad en las políticas educativas provinciales.
El paro, convocado por la CTERA y sindicatos docentes de la CGT (UDA, AMET, CEA y SADOP), exigió una actualización del salario mínimo garantizado, rechazando la oferta del Ministerio de Capital Humano de elevar el piso salarial de $420.000 a $500.000. Esta disparidad en la respuesta se explica por el estado de las negociaciones previas en cada jurisdicción.
En la Ciudad de Buenos Aires (CABA), Mendoza y Santa Fe, la adhesión fue significativamente baja. En CABA, donde se acordó un aumento del 5% con los sindicatos, solo Ademys adhirió al paro nacional, con un acatamiento inferior al 4%. El jefe de Gobierno, Jorge Macri, resaltó la inversión en educación pública de calidad. La ministra Mercedes Miguel destacó la reforma curricular, enfocada en la enseñanza explícita y estructurada de Lengua y Matemática.
Mendoza también reportó normalidad en el inicio de clases, tras un acuerdo salarial entre el sindicato SUTE y el gobierno provincial que incluye aumentos escalonados. En Santa Fe, a pesar de la adhesión de AMSAFÉ (el sindicato mayoritario), el gobernador Maximiliano Pullaro aseguró un acatamiento muy bajo, destacando el diálogo permanente con los gremios, aunque descartando nuevas ofertas salariales.
En contraste, la adhesión fue mucho más alta en Córdoba y Entre Ríos. En Córdoba, la UEPC estimó una adhesión entre el 65% y el 70%, con mayor impacto en escuelas estatales. La asamblea para definir la aceptación de la oferta salarial del gobierno de Martín Llaryora fue postergada. En Entre Ríos, AGMER estimó un acatamiento superior al 85%, con movilizaciones en Paraná tras el rechazo a la oferta salarial del gobierno de Rogelio Frigerio.
Chubut y Santa Cruz, a pesar de la conciliación obligatoria, también registraron importantes movilizaciones, con paros de 48 y 72 horas respectivamente. La CTERA, a nivel nacional, realizó una movilización frente al Palacio Pizzurno, reclamando recomposición salarial, restitución del FONID, aumento del presupuesto educativo y la defensa de la jubilación docente. La disparidad en el inicio de clases se extendió a otras provincias, con algunas postergaciones debido a las altas temperaturas.
El 5 de marzo, coincidiendo con el inicio de clases en otras provincias, se anunció un nuevo paro nacional de los gremios docentes de la CGT (sin la CTERA), lo que anticipa una continuación de la tensión y las negociaciones en torno a las condiciones laborales y salariales del sector docente argentino. Este panorama fragmentado refleja la complejidad del sistema educativo argentino y la necesidad de una solución integral que garantice la calidad educativa y las condiciones laborales justas para los docentes en todo el país.