El Emirates Stadium presenció una sorpresa mayúscula este fin de semana. El Arsenal, favorito para llevarse la victoria, cayó derrotado ante un combativo West Ham por 0-1, un resultado que aleja significativamente a los Gunners de la lucha por la Premier League. El gol de Jarrod Bowen, a pocos minutos del descanso, marcó la diferencia en un partido donde el dominio del balón fue claramente para el equipo local, pero la falta de efectividad en ataque y un error crucial en defensa acabaron por sellar el destino del Arsenal. Desde el inicio, el Arsenal desplegó un juego de posesión, controlando el ritmo del partido. Sin embargo, la ausencia de su tridente ofensivo habitual – Havertz, Martinelli y Saka, todos lesionados – se notó considerablemente. Mikel Arteta apostó por una alineación con Mikel Merino como delantero centro, una decisión que, si bien generó algunas ocasiones de peligro, no resultó suficiente para romper la férrea defensa del West Ham. La falta de verticalidad y la imprecisión en los metros finales fueron los principales lastres del conjunto local durante la primera parte. El West Ham, por su parte, se mostró muy ordenado en defensa, esperando su oportunidad para contragolpear. Su estrategia se vio recompensada con el gol de Bowen, quien aprovechó un error de Odegaard en la frontal del área para iniciar una veloz contraataque culminada con una certera definición de cabeza. La anotación, el séptimo gol de Bowen en la temporada, sentenció un primer tiempo donde el Arsenal, a pesar de su superioridad posicional, no consiguió generar ocasiones claras de gol. La segunda mitad comenzó con un Arsenal volcado en busca del empate. Arteta realizó algunos cambios en busca de mayor verticalidad, pero el partido dio un giro inesperado con la expulsión de Myles Lewis-Skelly tras una falta sobre Kudus. Con un hombre menos y con el tiempo corriendo en su contra, las posibilidades de remontada se desvanecieron para el Arsenal. El West Ham, bien plantado defensivamente, supo aguantar el resultado y consumar una victoria de vital importancia para alejarse de la zona de descenso. La derrota deja al Arsenal con una notable desventaja respecto a su máximo rival por el título, el Liverpool, que podría ampliar su ventaja hasta los 11 puntos en caso de vencer al Manchester City en la próxima jornada. Si bien aún quedan muchos partidos por jugar, la derrota ante el West Ham representa un duro golpe a las aspiraciones del equipo de Mikel Arteta, que deberá demostrar una rápida reacción para recuperar el terreno perdido en la lucha por el campeonato.