José María Giménez, baluarte de la defensa del Atlético de Madrid y capitán de la selección uruguaya, concedió una entrevista reveladora en la que desgrana su exitosa, pero a la vez compleja, carrera futbolística. Doce años en el club colchonero, la particular visión de Marcelo Bielsa sobre su rol, y la inminente llegada del retiro son los ejes centrales de sus reflexiones.
Resiliencia en el Atlético: Una comparación con Uruguay
Giménez traza un paralelismo profundo entre su experiencia en el Atlético de Madrid y su trayectoria con la selección uruguaya, destacando la pasión y la intensidad competitiva que caracterizan a ambas entidades. “Siempre comparé al Atlético de Madrid con la Selección y el fútbol uruguayo”, afirma, “por la pasión, porque independientemente de ser un club europeo, se asimila muchísimo al fútbol sudamericano”. Doce años en el Atlético le han enseñado la importancia de la resiliencia, una palabra que define su tiempo en el club, donde competir con Real Madrid y Barcelona exige una constante lucha por la victoria. “Ganar en el Atlético es muy difícil, muy duro, pero cuando se gana un título, el sabor es distinto”, enfatiza.
Más allá de los trofeos, el defensa uruguayo destaca el valor del proceso, la importancia del aprendizaje continuo en el camino. “No siempre ganar es lo más importante, he aprendido que el camino que recorrés y lo que aprendés sobre él es el verdadero éxito”, reflexiona. Esta filosofía de vida, forjada en las difíciles batallas en la Liga española, trasciende el campo de juego.
Un peón de Bielsa: Lejanía y respeto
La entrevista también aborda la polémica declaración de Giménez, donde se definió como un “peón” de Marcelo Bielsa en la selección uruguaya. El futbolista aclara su postura: “Cuando dije que era un peón me referí a que soy un peón del fútbol... estoy dispuesto, en el momento en el que estoy en la Selección, a que el entrenador Marcelo (Bielsa) me use si considera que me tiene que usar”. Esto mismo aplica al Atlético de Madrid. Para él, ser un jugador profesional significa estar al servicio del equipo y del entrenador, aceptando las decisiones, incluso si no coinciden con sus deseos personales.
La relación con Bielsa, según Giménez, se basa en el respeto mutuo y la profesionalidad. “Con Marcelo la relación es entrenador-jugador. Yo voy a estar disponible y él como entrenador pone a los que considera mejor”, declara. Esta perspectiva profesional y humilde refleja la madurez del jugador y su enfoque en el éxito colectivo.
Referente, pero sin etiquetas
Consultado sobre su rol de referente o estandarte en la selección uruguaya, Giménez rechaza las etiquetas. Si bien reconoce su experiencia y su papel en guiar a las nuevas generaciones, se define simplemente como un jugador que “siempre deja todo por la Selección”. Su veteranía le permite aportar su conocimiento y experiencia, pero no se ve como un líder imponente, sino como un compañero que trabaja junto a los demás para alcanzar los objetivos del equipo.
El retiro: Un horizonte próximo, pero sin fecha fija
La conversación inevitablemente toca el tema del retiro. Giménez admite que la etapa final de su carrera está cercana, aunque no tiene una fecha definida. “Cada vez falta menos, uno quiere jugar toda la vida, pero es una realidad que el tiempo pasa y las piernas se agotan, la mente también”, reconoce. Con 30 años, considera que ya vivió las etapas más destacadas de su carrera. El futuro es incierto, pero se acerca el momento de ceder el paso a nuevas generaciones.
Giménez también revela que tuvo oportunidades de abandonar el Atlético de Madrid, pero decidió quedarse. “Poniendo todo en la balanza me di cuenta que lo que realmente quería era quedarme”, admite. Una decisión que, en retrospectiva, considera acertada. Su lealtad al club y su perseverancia a lo largo de los años, han construido una carrera memorable.
En definitiva, la entrevista de José María Giménez es un testimonio conmovedor de un jugador excepcional, que transita la etapa final de una carrera brillante. Su humildad, su profesionalidad y su enfoque en el trabajo en equipo son los legados más perdurables de una carrera llena de desafíos, victorias y aprendizajes.