La historia de la familia Bibas es un relato desgarrador que refleja la brutalidad del conflicto entre Israel y Hamás, entretejiendo la vida de una familia con raíces argentinas y peruanas en el corazón de la tragedia. Shiri Bibas, su esposo Yarden, y sus dos pequeños hijos, Ariel y Kfir, vivían una vida aparentemente normal en el kibutz Nir Oz, cerca de la frontera con Gaza. Su padre, José Luis Silberman, era argentino, mientras que su madre, Margit Shnaider, era peruana. Esta mezcla de culturas, sin embargo, no los protegió de la violencia que estalló el 7 de octubre de 2023. El ataque de Hamás a Nir Oz fue una emboscada brutal, dejando un saldo devastador. La familia Bibas fue secuestrada, y las imágenes del secuestro, capturadas por los propios milicianos, se volvieron virales, mostrando a Shiri, con una expresión de angustia profunda, sosteniendo a sus dos hijos. Estas imágenes conmocionaron al mundo y se convirtieron en un símbolo del sufrimiento de los rehenes. Yarden, el padre, intentó proteger a su familia, pero también fue capturado, solo para ser liberado más tarde, el 1° de febrero de 2024, como parte de un intercambio de prisioneros. Su liberación, sin embargo, no trajo la felicidad. El peso de la incertidumbre por su esposa e hijos se convirtió en una pesada carga. Durante meses, el mundo siguió con la respiración contenida las noticias sobre la familia Bibas. Hamás inicialmente anunció la muerte de Shiri y sus dos hijos durante un ataque del ejército israelí en Gaza, en noviembre de 2023. Israel nunca confirmó esta noticia, calificando la información como parte de la guerra psicológica de Hamás. Los gobiernos de Argentina y Perú, junto con organizaciones de derechos humanos y otros países, presionaron para la liberación de la familia. El caso de Ariel y Kfir, los rehenes más jóvenes del conflicto, despertó una conmoción internacional, y su imagen se utilizó en innumerables campañas por su liberación. Finalmente, este jueves, el resultado de esta tragedia se confirmó. Hamás entregó los cuerpos de Shiri y sus dos hijos a la Cruz Roja Internacional. La noticia conmocionó nuevamente al mundo, marcando un final doloroso para una familia cuyo secuestro se convirtió en un trágico símbolo de las consecuencias del conflicto palestino-israelí. La entrega de los cuerpos, si bien trae un cierre a la agonía de la incertidumbre, no mitiga la profunda tristeza y la pérdida irreparable que significa la muerte de Shiri, Ariel y Kfir. Su historia sirve como un recordatorio de las víctimas civiles inocentes atrapadas en la espiral de violencia, y de la necesidad urgente de una solución pacífica y duradera al conflicto.