La escena musical argentina se ha convertido en un inesperado escenario de confrontación política. El rapero Dillom, durante su presentación en el Cosquín Rock 2025, lanzó una contundente advertencia a Javier Milei, presidente de la Nación: “El que se mete con María Becerra se mete conmigo”. Esta declaración, cargada de simbolismo, no es un hecho aislado, sino la culminación de una tensión creciente entre el mundo del espectáculo y la política.

El conflicto se originó en las repetidas críticas de Milei hacia la cantante María Becerra, a quien ha denostado públicamente con apodos despectivos. Esta situación generó una ola de rechazo entre artistas y seguidores, y Dillom, conocido por sus letras comprometidas socialmente, se ha convertido en una de las voces más prominentes en la defensa de la cantante.

Su declaración en el Cosquín Rock no fue una simple expresión de solidaridad. Fue una declaración de principios, una señal de que la industria musical no se quedará callada frente a los ataques a la libertad de expresión y a las figuras públicas. “Si tocan a uno, saltamos todos. No importa la ideología, las creencias. Así debería ser”, afirmó el rapero, sentando un precedente importante en la relación entre la música y la política.

La repercusión de las palabras de Dillom trascendió el evento musical. Las redes sociales se inundaron de comentarios, dividiendo a la opinión pública entre quienes apoyan su postura y aquellos que critican la politización de la música. Sin embargo, la acción de Dillom refleja una tendencia creciente: la utilización de la música como plataforma para la expresión política.

Más allá de las declaraciones de Dillom, otros artistas también se pronunciaron contra Milei en el festival. No Te Va Gustar dedicó su show a Becerra, Lali Espósito y Milo J, mientras que Airbag realizó críticas directas al gobierno. El Cosquín Rock, tradicionalmente un espacio de expresión social y política, se transformó este año en un epicentro de protestas musicales contra la gestión del presidente.

Este incidente también pone de relieve la vulnerabilidad de las figuras públicas a los ataques políticos. Las declaraciones de Milei hacia Becerra han generado un debate sobre el límite entre la crítica política y la difamación, y la necesidad de proteger a las personas del acoso público.

En definitiva, el choque entre Dillom y Milei simboliza una nueva dinámica en la relación entre la música y la política en Argentina. La música, lejos de ser un espacio ajeno a la política, se está transformando en un campo de batalla simbólico, donde los artistas utilizan sus plataformas para expresar sus opiniones y defender sus ideales.

La actuación de Dillom en la Fiesta de la Manzana 2025 se espera con gran expectación. Su presencia se anticipa como un posible punto de conflicto, dada su previa confrontación con Milei. La expectativa reside en saber si Dillom reiterará sus críticas, generando una nueva confrontación en el contexto del evento.