Cuando hablamos del pez diablo (o pez abisal diablo) (Melanocetus johnsonii), nuestra imaginación suele crear una criatura monstruosa de gran tamaño con dientes afilados. Sin embargo, la realidad es mucho más fascinante, y a menudo más pequeña de lo que pensamos. El reciente avistamiento de un ejemplar adulto en Tenerife ha generado sorpresa, no solo por su aparición inesperada en la superficie, sino también por su diminuto tamaño. **Desmintiendo el mito: el verdadero tamaño** Las hembras del pez diablo, como el espécimen encontrado en Tenerife, parecen criaturas sacadas de una pesadilla: una boca repleta de dientes afilados, una antena bioluminiscente que brilla en la oscuridad y una apariencia intimidante. Sin embargo, su tamaño real es sorprendente. Las hembras adultas apenas alcanzan los 18 centímetros de longitud, mucho menos de lo que su apariencia sugiere. Los machos son aún más pequeños, midiendo solo alrededor de 3 centímetros. **Una relación parasitaria: la reproducción del pez diablo** El apareamiento del pez diablo es una historia de supervivencia extrema. Los machos, minúsculos en comparación con las hembras, viven con el único propósito de encontrar una hembra en las profundidades oscuras del océano. Una vez que la encuentran, se adhieren a su cuerpo y comienzan un proceso de fusión. Lentamente, el macho pierde sus órganos internos hasta quedar reducido a un simple “saco de esperma”, permitiendo a la hembra reproducirse cuando esté lista. Es común ver a una sola hembra con varios machos adheridos a su cuerpo, una macabra imagen de la supervivencia en el abismo. **Cazador perfecto del abismo** En el fondo del océano, donde reina la oscuridad absoluta y las condiciones son extremas, las hembras del pez diablo son depredadoras eficientes. Su antena bioluminiscente es su arma principal, atrayendo a pequeños peces y crustáceos con su luz. Una vez que la presa está lo suficientemente cerca, la hembra la atrapa con una mandíbula expandible y un estómago capaz de albergar presas mucho más grandes que ella misma. Su capacidad para sobrevivir en este ambiente hostil es un testimonio de su increíble adaptación. **Más allá del aspecto: la maravilla de los detalles** El pez diablo nos recuerda que las apariencias pueden engañar. Aunque parezca una criatura terrorífica de leyenda, su pequeño tamaño y su peculiar biología nos cuentan una historia completamente diferente, una historia de supervivencia, adaptación y una extraña forma de amor. La próxima vez que piense en el pez abisal diablo, recuerde que en las profundidades, las maravillas están en los detalles y en la extraordinaria capacidad de la naturaleza para la innovación y la adaptación.