El incendio en la Torre Renoir II de Puerto Madero, ocurrido el 11 de febrero de 2025, generó momentos de tensión y preocupación entre los residentes y el público en general. Si bien el fuego se originó en el piso 11, el humo se propagó rápidamente alcanzando hasta el piso 34, afectando a más de 20 pisos del edificio. Esta rápida expansión del humo ha sido el foco de preguntas e interrogantes. El Jefe de Bomberos de la Ciudad, Diego Coria, ofreció una explicación detallada sobre este fenómeno. Según Coria, la clave reside en la particularidad del diseño del edificio. El incendio se inició en una habitación pequeña donde se almacenaban equipos de aire acondicionado. La rápida propagación se debió a la presencia de rejillas en el techo de dicho recinto. Estas rejillas permitieron que el humo, denso y con una alta concentración de monóxido de carbono, se propagara a través del conducto de aire acondicionado, ascendiendo a través de las plantas superiores del edificio. El fuego en sí mismo se extendió a cuatro pisos (11, 12, 13 y 14), pero el humo se propagó verticalmente a lo largo del sistema de ventilación. La evacuación, según las autoridades, fue exitosa y no hubo personas atrapadas. Sin embargo, la rápida propagación del humo causó que 32 personas necesitaran asistencia respiratoria por inhalación de monóxido de carbono. Tres personas fueron trasladadas al Hospital Cosme Argerich, aunque sin heridas de gravedad. El SAME atendió a un total de 50 personas en el lugar. Ocho dotaciones de bomberos de la Ciudad y bomberos voluntarios trabajaron en conjunto para controlar el fuego, que fue extinguido poco después de las 14:00 horas. El Grupo Especial de Rescate (GER) de Caballito participó en la evaluación de la situación para evitar la formación de nuevos focos ígneos y brindar asistencia a los residentes. Los residentes expresaron su alivio por la rápida intervención de los bomberos y la exitosa evacuación, pero también manifestaron su preocupación por el estado de sus departamentos. Muchos indicaron haber sufrido daños por el humo y altas temperaturas, aunque, según los bomberos, las llamas principalmente afectaron las fachadas del edificio. Los bomberos también confirmaron que las pertenencias de los residentes se vieron afectadas por el humo y las altas temperaturas. El incidente pone de manifiesto la importancia de los sistemas de ventilación en edificios de gran altura y la necesidad de revisar y actualizar las medidas de seguridad contra incendios para prevenir este tipo de situaciones en el futuro. La investigación de las causas del incendio se encuentra en curso, permitiendo determinar las responsabilidades y generar las mejoras necesarias para prevenir futuros incidentes. El hecho, además, renovó el debate sobre los protocolos de evacuación y la necesidad de contar con sistemas de detección y prevención de incendios más eficientes en las torres de alta gama.