El arroyo Sarandí en Avellaneda se tiñó de rojo, generando alarma entre los vecinos y sospechas de contaminación industrial. Investigación en curso para identificar la fuente y determinar el impacto ambiental.
El pasado 6 de Febrero de 2025, los habitantes de Villa Inflamable, Avellaneda, se despertaron con una impactante imagen: el arroyo Sarandí, que atraviesa su barrio, se había teñido de un intenso color rojo. Imágenes y videos de la escena rápidamente se viralizaron en redes sociales, generando preocupación e indignación entre los vecinos, quienes denuncian constantes vertidos ilegales de industrias cercanas.
La Municipalidad de Avellaneda respondió rápidamente, recolectando muestras de agua y denunciando el incidente ante la Autoridad del Agua de la provincia de Buenos Aires. Las sospechas se centran en la posible presencia de anilina, un compuesto orgánico utilizado en la industria textil y de curtiembres. Se investiga si el vertido proviene de una fábrica textil o curtiembre con algún desperfecto, o de un vertido ilegal deliberado.
Equipos de la Municipalidad, Bomberos, Prefectura Naval Argentina y el Ministerio de Ambiente bonaerense trabajaron en el lugar, recolectando más muestras para análisis. Un laboratorio móvil del Ministerio de Ambiente provincial realizó análisis químicos básicos y cromatografía líquida para identificar la sustancia responsable de la decoloración. Se estima que se trata de algún tipo de colorante orgánico.
Los vecinos, sin embargo, denuncian que este no es un hecho aislado. María Ducomls, vecina de la zona hace más de 50 años, relata que el arroyo ha presentado diversas coloraciones a lo largo del tiempo, incluyendo gris, verde, violeta, azul y marrón, todas indicativas de distintos tipos de contaminación. Señala específicamente una empresa de tratamiento de residuos especiales y peligrosos como posible responsable, alegando que cada vez que el camión cisterna de la empresa recoge residuos, se produce un evento de contaminación similar.
Ducomls también critica la inacción de las autoridades, quienes según ella, han realizado inspecciones sin encontrar irregularidades, a pesar de las reiteradas denuncias. Otras vecinas coinciden en la recurrencia de este tipo de eventos y la falta de soluciones por parte de las autoridades, incluso denunciando la falta de agua potable en la zona.
La contaminación del arroyo Sarandí no solo genera preocupación por el impacto visual, sino que también representa un serio riesgo para la salud humana, la fauna local y el ecosistema. El fuerte olor nauseabundo que emana del arroyo, descrito por los vecinos como similar al de basura, es otro indicio de la grave contaminación que afecta la zona.
La investigación continúa, y se espera que los análisis de las muestras de agua permitan identificar la sustancia contaminante y determinar las responsabilidades correspondientes. Mientras tanto, la comunidad de Avellaneda exige soluciones urgentes y un mayor control de las industrias para evitar futuros episodios de contaminación.