Adiós a Norma Sebré: La icónica modelo y actriz que trascendió la polémica publicidad

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Recordamos la vida y carrera de Norma Sebré, una figura emblemática de los años 70, desde su ascenso como modelo con Jean Cartier hasta su participación en cine, teatro y televisión, incluyendo la publicidad que la catapultó a la fama y la controversia.

Norma Sebré, cuyo nombre real era Norma Srebernich, falleció recientemente dejando un legado imborrable en el mundo del espectáculo argentino. Más allá de su belleza innegable, su carrera abarcó diversas facetas, desde el modelaje hasta la actuación en cine, teatro y televisión. Su rostro, con su característica cabellera leonina y penetrante mirada celeste, se convirtió en un ícono de los años sesenta y setenta. Su incursión en el mundo de la moda estuvo estrechamente ligada al influyente Jean Cartier, un pionero de la televisión argentina. Cartier, reconocido diseñador y artista multifacético, le abrió las puertas a un mundo de campañas publicitarias y audiovisuales, donde Sebré se destacó por su elegancia y carisma. Una de las publicidades más recordadas, y quizás la más controversial, fue la de la caña quemada Carlos Gardel. Considerada demasiado sensual para su época, esta campaña consolidó su imagen pública y la convirtió en un nombre familiar. La transición al mundo de la actuación fue un paso natural. Sebré brilló en el teatro de revista, compartiendo escenario con grandes figuras como José Marrone, Santiago Bal, Moria Casán, y en la televisión, participó en programas icónicos como "Corrientes y Marrone... la esquina de la revista" y "El chupete", junto al recordado Alberto Olmedo. Su versatilidad la llevó también a programas de humor como "Humor redondo", y a conducir programas de interés general en televisión por cable. Su talento no se limitó a la comedia; también exploró el drama en producciones televisivas y cinematográficas. Su carrera en el cine comenzó con "Disputas en la cama" (1972) bajo la dirección de Mario Davis, donde actuó junto a Tato Bores, Norman Briski y Zulma Faiad. A lo largo de su trayectoria cinematográfica, colaboró con destacadas figuras del cine argentino, como Sandro en "El deseo de vivir" (1973), Hugo del Carril en "La malavida" (1973) y "Yo maté a Facundo" (1975), y Federico Luppi en esta última película. Su filmografía incluye títulos como "La colimba no es la guerra" (1972) y "El mariscal del infierno" (1974), demostrando su capacidad para interpretar diversos roles. Tras una exitosa carrera internacional, incluyendo una etapa en España donde filmó "Venus de fuego", se retiró del medio tras contraer matrimonio con el conde Federico Zichy-Thyssen. Su vida personal estuvo marcada por dos matrimonios. El primero, con César Jorge Barros Hurtado, embajador argentino en Estados Unidos y la Unión Soviética, la alejó temporalmente de los reflectores. Tras enviudar, regresó a la vida pública y luego volvió a casarse, para finalmente retirarse definitivamente del mundo del espectáculo. Sus últimas apariciones públicas estuvieron ligadas al apoyo incondicional a su hija, Gabriela Oswald, durante una batalla legal por la custodia de su nieta. Este episodio mostró una faceta más íntima y humana de Norma Sebré, alejada del brillo y el glamour de su carrera artística, pero que reflejó su fortaleza y dedicación familiar. La partida de Norma Sebré marca el fin de una época dorada del espectáculo argentino. Su belleza, talento y la controversia que la rodeó la convirtieron en una figura inolvidable, dejando un legado que trasciende el tiempo y perdurará en la memoria de quienes la conocieron y admiraron.
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