La Asociación Argentina de Actores confirmó el triste fallecimiento de la actriz Norma Sebré, cuyo nombre real era Norma Srebernich. Su partida deja un vacío en el mundo del espectáculo argentino, donde forjó una carrera extensa y memorable, marcada por su participación en icónicas producciones y una publicidad que trascendió el tiempo por su atrevimiento y posterior prohibición.

Sebré, quien comenzó su carrera como modelo a finales de los años 60, saltó a la fama en la década del 70 gracias a una campaña publicitaria para la caña quemada Carlos Gardel. La frase “¿Me bajás la caña, Carlos?”, pronunciada con sugerencia por la actriz en el comercial, generó un gran revuelo y la publicidad fue prohibida, convirtiéndose en un hito cultural y consagrando a Sebré como una figura polémica y memorable.

Su talento la llevó a destacarse en el cine, donde participó en películas como "Yo maté a Facundo", "La malavida", "El deseo de vivir" (junto a Sandro), "El mariscal del infierno", "Disputas en la cama", "La colimba no es la guerra", "Venus de Fuego" y "Los poseídos de Satán".

En televisión, su versatilidad la llevó a participar en diversos programas icónicos. Formó parte del elenco de "El Chupete", reemplazando a Gogó Rojo, junto a Alberto Olmedo, un referente de la comedia argentina. También brilló en "Humor redondo", "Corrientes y Marrone", y "El Mundo del Espectáculo" junto a Héctor Larrea. Alejandro Romay la eligió como primera figura del Teatro Nacional, consolidando su prestigio en el ámbito teatral.

Más allá de su exitosa carrera, la vida personal de Sebré también estuvo marcada por momentos relevantes. Estuvo casada con el embajador argentino en Estados Unidos y la Unión Soviética, César Jorge Barros Hurtado, y posteriormente con el conde Federico Zichy Thyssen. Su hija, Gabriela Oswald, también tuvo una presencia mediática en la década del 90 debido a un escándalo judicial con su exmarido.

La muerte de Norma Sebré representa una pérdida significativa para el mundo artístico argentino. Su legado perdurará a través de sus trabajos y la recordada publicidad que, aun prohibida, la convirtió en un ícono de la cultura popular. Su audacia y talento la posicionan como una figura emblemática de su época.

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