El entrenador de Belgrano, Walter Erviti, enfrenta una crisis tras una humillante derrota. Sus declaraciones sobre su futuro, combinadas con un tenso intercambio con la prensa, revelan la presión que soporta.
La derrota de Belgrano ante Independiente Rivadavia por 3-0 en su propia cancha ha desatado una tormenta perfecta alrededor de su entrenador, Walter Erviti. No solo se trata de una nueva derrota, sumando tres partidos sin victorias, sino que la forma en que se ha desarrollado la situación, con declaraciones contundentes de Erviti y un fuerte intercambio con la prensa, ha intensificado la crisis.
En una conferencia de prensa cargada de tensión, Erviti respondió a la pregunta sobre sus plazos al frente del equipo con una frase que ha generado polémica: "Yo no sé si mañana voy a estar vivo, imaginate si sé si voy a seguir siendo entrenador". Esta declaración, si bien puede interpretarse como una muestra de la presión que siente, ha sido considerada por algunos como una forma de evadir la responsabilidad por los malos resultados. La incertidumbre acerca de su futuro se refleja en la propia incertidumbre que manifiesta hacia su propio porvenir.
La situación se agravó con un posterior intercambio con un periodista que cuestionó sus decisiones tácticas y lo responsabilizó directamente por la derrota. Erviti, lejos de esquivar las críticas, respondió con una defensa de su planteo estratégico, argumentando que el penal tempranero del rival cambió el desarrollo del partido y que una vez abajo en el marcador se vio obligado a replantear su estrategia inicial. Sin embargo, el periodista insistió en que el equipo visitante dominó el juego desde el comienzo, lo cual no permitió que el plan de Erviti se llevara a cabo en su totalidad. Este enfrentamiento no hizo sino aumentar la presión sobre el entrenador, cuya capacidad para gestionar la crisis se ha visto cuestionada por el público y por algunos sectores de la prensa.
La situación de Erviti no es solo deportiva. El mal comienzo de Belgrano en la temporada, el peor en la historia del club, ha generado un clima de malestar entre los hinchas, quienes expresaron su descontento con insultos dirigidos al entrenador durante el partido. La frase categórica de Erviti no hizo más que alimentar la creciente especulación sobre su futuro inmediato al frente del equipo. Se pregunta si la presión y el malestar de los hinchas afectarán su capacidad de dirigir el equipo y si podrá revertir la situación.
Más allá del desenlace, la situación en Belgrano ilustra la gran presión que soportan los entrenadores de fútbol, especialmente cuando los resultados no acompañan. La combinación de resultados deportivos negativos, declaraciones controvertidas y el intercambio tenso con un periodista deja a Erviti en un lugar difícil, dejando en la incertidumbre su continuidad al frente de un club con una larga historia y expectativas muy altas.