El programa Bendita, conducido por Beto Casella, fue escenario de un emotivo y tenso momento cuando Edith Hermida se enfrentó a acusaciones de maltrato laboral por parte de varias ex compañeras. Eliana Guercio y Romina Scalora fueron las que más públicamente expusieron sus quejas, generando un clima de tensión que culminó con Hermida quebrándose en llanto en vivo. El informe que se le presentó a Hermida contenía declaraciones de ex panelistas que la acusaban de dificultar el crecimiento de figuras emergentes y de tener un trato hostil. Frente a estas acusaciones, la periodista se defendió con vehemencia, aunque la emoción la superó, dejando ver su angustia y vulnerabilidad. "Me gusta tener la posibilidad de hablar, pero no me gusta ser el eje del conflicto, no me siento cómoda", expresó Hermida con la voz entrecortada, mientras negaba ser una mala compañera. Reconoció posibles errores y momentos de vehemencia en el trabajo, pero enfatizó en su intención de mantener buenas relaciones con todos sus colegas, destacando que siempre se despide de los que dejan el programa. Específicamente, sobre las acusaciones de Romina Scalora en LAM (América TV), Hermida respondió: "Yo reconocí un error con ella, yo me enojé y eso que nunca me enojo al aire, pero yo pude revertir ese enojo y domesticarlo, y eso es lo que le dije, yo podía trabajar tranquilamente con ella". Argumentó que en la dinámica de un panel, los conflictos pueden surgir, pero se pueden resolver a través del diálogo. La defensa de Hermida hacia las acusaciones de impedir el crecimiento de nuevas figuras fue contundente: "Estoy grande, sí, ¿es un pecado crecer? ¿Está mal crecer? Para mí, no. Sí, soy una señora y amo la gente joven, me encanta la renovación de la gente joven. Que me acusen de que no dejo crecer a la gente joven, no es así, nada más lejos de mí". El apoyo a Hermida no se hizo esperar. Beto Casella, conductor del programa, salió en su defensa, calificando las declaraciones de Romina Scalora como "lamentables" y cuestionando la veracidad de las acusaciones. Alejandra Maglietti, otra panelista, también la defendió, resaltando la experiencia positiva que tuvo trabajando junto a ella durante años. Incluso, Victoria Braier (Juariu), a pesar de ya no formar parte del programa, expresó su apoyo a través de redes sociales, destacando la ayuda y generosidad de Hermida durante su tiempo en Bendita. El episodio dejó en evidencia la complejidad de las relaciones interpersonales en el ambiente televisivo, generando un debate sobre la convivencia, el crecimiento profesional y la manera en que se manejan los conflictos públicos en el mundo del espectáculo. La vulnerabilidad mostrada por Edith Hermida generó empatía entre la audiencia, mientras que el apoyo de sus compañeros de trabajo demuestra la fortaleza de algunos vínculos laborales.