El vibrante encuentro entre el AC Milan y el Parma, finalizado con una emocionante victoria in extremis por 3-2 para los locales, quedó eclipsado por una inesperada y violenta discusión entre el entrenador, Sérgio Conceição, y el capitán, Davide Calabria. La pelea, ocurrida en medio del campo de juego del Estadio San Siro inmediatamente después del pitido final, ha desatado una tormenta de especulaciones y ha puesto en entredicho la armonía interna del club.
Si bien tanto Conceição como Calabria intentaron minimizar el incidente en las entrevistas posteriores, afirmando que se trató de un simple malentendido exacerbado por la adrenalina del partido, los medios italianos apuntan a una fractura más profunda en la relación entre ambos, un problema que se habría venido gestando desde hace días.
La Gazzetta dello Sport y Tuttosport, entre otros medios, señalan como detonante principal la presencia de Calabria en un concierto del rapero Lazza el viernes por la noche, dos días antes del crucial partido contra el Parma. Esta asistencia, según las informaciones, habría desatado la ira de Conceição, quien habría considerado la actitud del capitán como irresponsable y poco profesional, especialmente considerando la importancia del encuentro.
La situación se agravó aún más por la decisión de Conceição de retirar a Calabria el brazalete de capitán, cediéndoselo al portero Mike Maignan. Calabria no fue el único jugador visto en el concierto; Theo Hernández (sustituido al descanso), Ruben Loftus-Cheek (no convocado) y Francesco Camarda (no jugó) también habrían estado presentes. Sin embargo, la atención se centró en Calabria, como figura central del incidente.
En la conferencia de prensa posterior al partido, Conceição intentó justificar su comportamiento, comparándolo con la disciplina parental: "Miro los partidos y los escucho con mucha pasión. Hubo una situación en el partido de la que hablé con Calabria, y en mi opinión, hubo algunas palabras de más. Para mí, todos los futbolistas son importantes, como una familia. Si tengo un hijo que se porta mal, se lo digo. Y aquí es lo mismo. No hay hipocresía: nos decimos las cosas como hombres. Es cierto, no fue agradable, pero eso es normal en el fútbol, no estamos en la iglesia. Ya hemos aclarado las cosas".
Por su parte, Calabria mantuvo una postura similar, tratando de restar importancia al suceso: "¿Discusión con Conceição? Es una cosa de campo. La adrenalina estaba bastante alta, pero fue un malentendido. Luego arreglamos las cosas, se acabó todo. Ahora me río cuando veo las imágenes. También pido disculpas porque fue así. Hay algo que hemos cambiado. Soy honesto, no es un año positivo. También hay problemas personales de los que no quiero hablar. Lo único que importa es que le vaya bien al Milán".
El incidente llega en un momento de relativa estabilidad deportiva para el Milan, con Conceição consiguiendo cinco victorias, un empate y una derrota desde su llegada a principios de enero, incluyendo el título de la Supercopa de Italia. Sin embargo, la pelea entre el entrenador y el capitán plantea serias dudas sobre la cohesión interna del equipo y el liderazgo del técnico portugués. El futuro dirá si este enfrentamiento fue un simple incidente o el síntoma de problemas más profundos dentro del club Rossonero.