La aplicación TikTok, propiedad de la empresa china ByteDance, se enfrentaba a una prohibición inminente en Estados Unidos tras la entrada en vigor de una ley que exigía la venta de su operación estadounidense a un comprador aprobado antes del 19 de enero de 2025. La falta de una venta satisfactoria llevó a la eliminación de la aplicación de las tiendas de aplicaciones de Apple y Google, dejando a millones de usuarios sin acceso. Sin embargo, el giro inesperado llegó con el anuncio del presidente electo Donald Trump, quien declaró su intención de emitir una orden ejecutiva para extender el plazo y evitar la prohibición total. Trump justificó su decisión en una publicación en Truth Social, alegando que desea permitir que los estadounidenses sigan disfrutando de la aplicación, especialmente en vísperas de su investidura. Su orden, según él mismo, extenderá el plazo antes de que las prohibiciones de la ley entren en vigor y protegerá de responsabilidades a las empresas que hayan mantenido TikTok activo antes de su intervención. Incluso manifestó su interés en que Estados Unidos tenga una participación del 50% en una empresa conjunta, aunque no especificó si se refería al gobierno o a una empresa privada estadounidense. Esta decisión ha generado una ola de reacciones. Mientras algunos celebran la posibilidad de mantener el acceso a TikTok, otros expresan su preocupación por las implicaciones de seguridad nacional que llevaron a la aprobación de la ley en primer lugar. La ley, aprobada con amplio apoyo bipartidista, refleja las preocupaciones sobre el acceso del gobierno chino a datos de usuarios estadounidenses y la posibilidad de manipulación del algoritmo de la plataforma. La administración Biden, en sus últimos días, había dejado claro que no implementaría la prohibición antes de la asunción del nuevo presidente. Sin embargo, la Corte Suprema confirmó la validez legal de la ley apenas unos días antes, dejando a ByteDance en una situación crítica. La empresa, a través de su CEO Shou Chew, agradeció públicamente a Trump por su intervención y su defensa de la libertad de expresión. Diversas propuestas de compra han surgido en las últimas semanas, incluyendo la de la startup de inteligencia artificial Perplexity AI, que propuso una fusión con la operación estadounidense de TikTok. Otras ofertas, como la del consorcio liderado por Kevin O’Leary, también han estado sobre la mesa. Sin embargo, ByteDance había mostrado previamente su reticencia a vender la plataforma. La incertidumbre sobre el futuro de TikTok en Estados Unidos persiste. La orden ejecutiva de Trump, aún no emitida, podría proporcionar una solución temporal, pero las preocupaciones sobre la seguridad nacional y la propiedad china de la aplicación probablemente seguirán presentes en el debate público. El impacto a largo plazo de esta decisión en el mercado de las redes sociales y en la relación entre Estados Unidos y China aún está por verse.