Inflación en Estados Unidos: El 2.9% en 2024, ¿un respiro o una señal de alerta?

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El IPC de Estados Unidos cerró 2024 en 2.9%, un dato que genera debate. Analizamos las implicaciones económicas y políticas de esta cifra, considerando el cambio de administración y las perspectivas para 2025.

El Índice de Precios al Consumidor (IPC) de Estados Unidos cerró el año 2024 en 2.9%, según datos oficiales publicados el 15 de enero de 2025. Este dato, aunque representa una disminución respecto al 3.4% de 2023, genera un complejo panorama económico y político en el país, especialmente considerando el inminente cambio de administración presidencial.

El IPC de diciembre de 2024 se situó en 0.4%, una ligera disminución respecto al 0.3% de noviembre. Este dato mensual, si bien indica una leve desaceleración, no permite bajar la guardia. Analizando el dato interanual, el 2.9% representa la cifra más alta desde julio de 2024, lo que sugiere una posible tendencia al alza.

La inflación 'core', que excluye alimentos y energía, se ubicó en un 3.2% interanual y un 0.2% en diciembre. Si bien es inferior a la inflación general, sigue por encima del objetivo del 2% fijado por la Reserva Federal (FED).

Implicaciones políticas: El legado de Biden y las promesas de Trump. La cifra del 2.9% llega al final de la administración Biden, quien ha enfrentado el desafío de controlar la inflación tras el pico pospandémico del 9.1%. El nuevo presidente, Donald Trump, asumirá el cargo el 20 de enero con la promesa de reducir los precios, especialmente de los combustibles, que registraron un aumento del 4.4% en diciembre. Sin embargo, el propio Trump ha reconocido la dificultad de esta tarea, aunque ha prometido una reforma del Estado, reducción del gasto público y recortes de impuestos para impulsar la economía.

Perspectivas para 2025: Un desafío para la nueva administración. La inflación, aunque disminuida, sigue lejos del objetivo de la FED. Esto plantea un importante desafío para la administración Trump, quien deberá definir su política monetaria y el ritmo de ajuste en la tasa de interés para controlar el alza de precios. Las medidas propuestas por Trump, si bien podrían impulsar la economía, también conllevan riesgos. Una reducción excesiva de impuestos, por ejemplo, podría aumentar la inflación a largo plazo.

Conclusión: El dato de inflación del 2.9% en 2024 no es ni un triunfo definitivo ni una catástrofe inminente. Representa un punto de inflexión, un dato a tener en cuenta para la nueva administración que hereda un escenario económico complejo. El éxito de Trump en el control de la inflación dependerá de la eficacia de sus políticas económicas y de su capacidad para encontrar un equilibrio entre el crecimiento económico y la estabilidad de precios.

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